UN GRAN DÍA 2
Fecha: 11/11/2021,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... “basta”… tenés que sacarlo, despacito, porque quiere decir que me duele. Si no me duele… lo dejás adentro y lo movés…, hasta que digo que está bien…, y me metés dos deditos. Si no me duele… me podés meter tres deditos…, y los movés en…, no sé cómo se llama…, lo movés para un lado o para el otro…, hasta que yo me sienta cómoda y me guste sentir los dedos adentro…» «¿Y?» «Bueno…, sacás los dedos y yo te pongo cremita en el pito… y me lo metés despacito, hasta que yo te diga… “basta”… o sino seguís entrando hasta el final.» «¿El final?» «Sí, claro, hasta el fondo, hasta que el pito me llegue al fondo…, o no entre más… ¿Te das cuenta? Es fácil. ¡Dale, hagámoslo!» «Y… ¿cómo te tenés que poner?» «No sé. Como te parezca. Mami me dijo que al principio es lindo que me ponga en cuatro…, como me pongo cuando vos me besás, chupás y pasás la lengua…» «Bueno…, vamos a hacerlo así, para que vos sepas hasta donde querés que te lo meta…, sin que te duela… ¿sí?» «Como vos digás, Dani. Me gusta todo lo que hacés…» «Ponete, te muestro.» «¿No me ponés la cremita?» «Luego, después que te chupe bien. Prefiero el sabor de tu cola sin crema…» «¡Jajaja! ¡Qué lindo!» Micaela se puso en cuatro, en el borde de la cama. Yo estaba parado al costado. Besé, chupé, lamí todo el ojete antes de ponerle la crema. Le metí el índice, como dijo “mamita”. No hubo “quejas”. Lo saqué y metí el mayor y el anular. Los hice girar muy suavemente. Micaela gemía despacito. «¿Te duele, mi amor?» «No, para nada, dale.» Le ...
... metí el índice, anular y mayor. El culito de Mica se dilataba perfectamente. Era maravilloso verlo. Rosadito y elástico. ¡Qué ojete divino! ¡Estaba lista! Le ofrecí la pija junto a su boquita, y ella la besó, lamió, chupó, como lo sabe hacer. Me pasó sus labios y lengua por el tronco, salivándolo desde el glande a los huevos. Quedó perfecto, pero igual le dije que me ponga la crema. Embardunó la pija con la crema. La esparció prolijamente a todo lo largo. Puso otro poquito en la cabeza –seguro se lo dijo Denisse-, me miro sonriente y dijo “ya está”. Me acomodé atrás. Guié la poronga hasta el agujero y empujé un poquito. Mica gimió. «¿Te duele?» «No, no.» «Si te duele, decime.» «Si claro, te digo.» Empujé otro poquito. La miraba. Mica había apoyado la cabeza en la cama. Las manos aferraban las sábanas. Me gustaba ver como su agujero se adecuaba al tamaño del glande. Poquito a poco fui entrando. Otro gemido. «Decime si te duele, por favor. Lo saco y luego lo meto nuevamente.» «No, no, seguí. Así va bien. No me duele.» «Mirá que tenemos tiempo para hacerlo.» «Sí, ya sé. Me gusta así.» Empujé otro poquito y desapareció la cabeza. Veía el tronco de mi pija, brilloso por la crema, abriendo el ano. Hermosa vista. Seguí empujando, muy despacito. Micaela tenía la cabeza girada hacia la derecha. Vi que se mordía los labios, con la boca muy apretada. «¿Seguro qué no te duele? Mirá que lo podemos hacer muchas veces, hasta que entre bien.» «No me duele, no. Me gusta. Te siento lindo, muy ...