UN GRAN DÍA 2 - Relatos Eróticos

UN GRAN DÍA 2

... lindo.» Intentó sonreír. No me pareció una sonrisa, sino más bien una mueca. «¡Mi amor! No quiero hacerte daño. Decime, por favor.» «No me hacés daño. Me gusta mucho. Estoy contenta de tenerte adentro. Mamá me dijo…» «¿Qué?» «Que… la molestia pasa pronto… una vez… que está toda adentro… Sí…sí… seguí hasta el fondo.» «Ya pronto llego… amorcito…» Empujé otro poco. Ya mis huevos se acercaban a la concha de Mica. Mis pocos pendejos ya acariciaban los glúteos. «¡Así! ¡Ya está! ¡Hasta el fondo!» Un último empujón y no hubo más para meter. «¡La tenés toda adentro, mi amor!» «Si…, la siento…, está hermosa…, me gusta mucho.» Mica ya había cambiado de “género”; la pija es “pija”, no “pistolin”. «¡Hay Dani, sos maravilloso! ¡Qué lindo que es! ¿Vas a entrar y sacar? Mamita me dijo…» «Si tesoro. Te voy a bombear…» «Si…, eso me dijo… “bombear”… ¡Qué me ibas a bombear!» La saqué un poquito… «No la saqués toda. Deja la cabecita adentro…» «Sí, claro. La cabeza va a quedar adentro mientras te la muevo.» «Sí. ¡Eso! Mete y saca, despacito, despacito, mete y saca. Podés hacerlo más ligero si querés. No me molesta nada. Me gusta.» «Si tesoro. Poquito a poco.» «¡Es tan lindo!» Ya las manos de Micaela no se aferraban a las sábanas. Su rostro tenía una sonrisa esplendorosa. Fui aumentando la velocidad… «Mi amor…, en cualquier momento me sale la leche…» «Si…, dejala adentro… toda… Dejala adentro y llename toda la cola… ¡Sí!» Unas pocas bombeadas más y me estremecí. En el momento de saltar el primer ...

... chorro también tembló Mica. «Dani… mi amor… ¡me estoy haciendo! ¡Aaaahhhh! ¡Qué lindo!» Yo también gemía de placer. «¡Oooohhh! ¡Es maravillosa tu cola!» «¡Es divino sentir tu lechita dentro!» Estábamos inmensamente felices. Micaela contentísima como nunca. «¡Nunca pensé que sería tan lindo!» «¿Querés que nos pongamos en otra posición?» «Cómo vos quieras… ¡Pero no me la saqués!» La abracé por la cintura, con la pija bien adentro, y la levanté pegadita mí. Giré y me senté en la cama. Sin soltarla me acosté boca arriba. Despacito, para que no se saliera, me fui acomodando a lo largo de la cama. Mica quedó sentada, de espaldas a mí. «¿Te gusta así?» «Si, mucho. ¡Estoy sentada sobre vos! ¡Pero me gustaría verte!» «Ayudate con las piernas y girá sin salir. Date vuelta hacia mí.» Micaela lo hizo. Muy despacito, se corría hacia un costado. La pija giraba dentro del culo. «¡Hay, que lindo! ¡Te siento dando vuelta dentro mío!» «Despacito. ¡No te apurés!» La carita de Mica estaba iluminada por la felicidad. Cuando vio mi rostro estiró una mano para acariciarme.

-¿Te habrás dado cuenta que te dejé hablar como una hora sin interrumpirte, no? – Laura se había levantado para preparar el desayuno… Bueno… eso creía yo… Dio vuelta el sillón y se apoyó en el respaldo. “Exigió”…- Metemela ahora. ¡Ya no aguanto más! ¡Quiero pajearme con tu pija adentro del culo! 
No tuve más remedio que levantarme. Parado al lado de Laura, me masturbé para ponerla dura.
-¿Qué hacés?
-Espero que se empale para ...