1. Mi tío, su novia y yo – Parte III: Mi último día con mis dos amores


    Fecha: 03/07/2018, Categorías: Incesto Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos

    ... sufrir al pobre Alex, quien a pesar de todo, tocaba constantemente mis piernas debajo de la mesa. La comida estuvo deliciosa y decidimos ir a la casa de Pablo y Karen para que yo tuviera tiempo de arreglar mis cosas antes de partir. Alex aceptó acompañarnos y me puso contenta la idea de pasar más tiempo con los tres.
    
    Pablo y Karen, que son unos asiduos jugadores de naipes, acomodaban la mesa para una partida "sin fines de lucro" mientras yo preparaba mi equipaje en compañía de Alex en el mismo cuarto de televisión donde apenas dos días antes, yo había fornicado con Manuel, un amigo de mi tío y primo de Alex. Al principio me daba un poco de culpa que el muchacho que mostraba un interés auténtico en mi, estuviera sentado sin saber, en el mismo lugar donde su primo mayor me había cogido. Pero decidí no hacer caso a mi sentimiento, al final de cuentas yo partiría unas horas después y todo aquello formaría parte del pasado, sin dolor ni culpa para nadie. Cuando Alex y yo nos unimos a la otra pareja en la mesa del comedor, resultó que Alex no sabía las reglas de los diferentes modos de jugar a las cartas. Así que con el pretexto de explicarle, me levanté de mi silla y me senté en las piernas de Alex, de tal forma que los dos podíamos ver la mano de cartas que yo sostenía delante de mi. Karen me sonrió y me guiñó un ojo, sabiendo que enseñarle a Alex aquello del juego era solo un pretexto para estar encima de él. Por su parte, mi tío Pablo solo bromeó un poco acerca del lugar ...
    ... que yo había elegido para nuestra partida y se concentró luego en su juego, pues si hay algo que él se toma en serio, son los naipes.
    
    -...Y esto, querido, se llama flor imperial- Argumentó Karen más tarde, destapando una mano perfecta sonriendo complacida por llevarse el montoncito de fichas plásticas que se había acumulado en el centro de la mesa. A esas alturas del juego, Alex ya había acomodado su mano derecha entre mis piernas y acariciaba la parte interna de mis muslos descubiertos, pues ese día, yo había elegido usar una falda diminuta que permitía ver algo de mi ropa interior si no tenía cuidado al sentarme. Yo estaba encantada de sentir al tímido Alex cada vez más excitado, su pene se iba parando riquísimo y podía notar su dureza entre mis nalgas por encima de la tela de nuestra ropa.
    
    Cuando no pude resistirme más a las caricias que me hacía, abrí las piernas y discretamente hice a un lado mi tanga y llevé los dedos de Alex a explorar bajo mi falda la humedad de mi vagina y él se dio gusto dedeándome. Con la calentura de lo que me hacía, empecé a mover el culo frotando la verga del muchacho hasta sentirla bien durita debajo de mi. No se si mi tío Pablo se hacía de la vista gorda o si simplemente no veía lo que estaba sucediendo al lado opuesto de donde él estaba sentado, pero no daba muestras de notar nada. La que no paraba de hacerme gestos de complicidad y aprobación, era Karen, que se divertía sabiendo lo que le dejaba hacer a mi invitado con mi cuerpo. Al poco ...