1. Un chico lindo, demasiado lindo


    Fecha: 03/07/2018, Categorías: Incesto Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    Un momento más tarde apareció Hilda, que avanzaba decididamente hacia la verja con un llavero en su mano derecha.
    
    -Hola, bu… buenas tardes, señora, yo…
    
    -Sé quién sos, nene. Seguime. –dijo con tono cortante mientras abría la puerta. El chico fue tras ella, intimidado por esa matrona corpulenta y de modales duros. Tras la puerta de entrada había un corto y estrecho pasillo, la puerta cancel y luego un pasillo más ancho con dos habitaciones a la derecha, el living comedor y el dormitorio del dueño de casa con el baño en suite, y una a la izquierda, que era el cuarto de Hilda con el baño contiguo. Al final de ese pasillo una puerta de metal daba al patio trasero acondicionado para las visitas que el viejo recibía cada tanto y que ahora serviría de celda para el chico. Allí lo llevó Hilda, abrió la puerta, se volvió hacia el jovencito, en cuya bella carita se advertía el miedo, lo tomó de un brazo y lo metió con violencia en la habitación, para después entrar ella.
    
    -¿Qué… -amagó preguntar el chico, cuya mirada inquieta recorría la habitación.
    
    -Cerrá la boquita.
    
    -Pero… -la matrona dio un paso adelante y lo hizo callar de una bofetada tan fuerte que el chico cayó sobre el camastro con los ojos llenos de lágrimas y los dedos de la mujer marcados en su mejilla izquierda.
    
    -Por favor… -rogó el pobrecito.
    
    -Yo no hago favores, nene. Para que veas lo buena que soy te voy a contar todo. A partir de ahora y hasta que don Ernesto decida liberarte vos vas a vivir ...
    ... acá.
    
    -¡¿Quéeeeeeee?! –se alarmó el jovencito incorporándose, pero la matrona volvió a derribarlo con otra cachetada, esta vez con el dorso de su mano en la mejilla derecha.
    
    -Ahora te desnudás, me das la ropita y esperás tranquilito y sin escándalo a don Ernesto.
    
    -No, por favor, no… ¡Nooooooooooooo!... –gritó el chico sumido en la desesperación. Ese viejo degenerado no sólo iba a seguir violándolo, sino que además lo arrancaba de su familia, de lo que había sido su vida.
    
    -Como te oiga gritar vengo y vas a saber lo dura que puedo ser si no se me obedece. –amenazó la matrona para después abandonar la habitación y cerrar la puerta con llave.
    
    El vejete llegó antes de lo acostumbrado. Solía regresar a las 20,30 luego de cerrar el negocio a las 20, pero ese día estaba demasiado ansioso, bajó la persiana a las 19 y se fue a su casa en taxi, impaciente y alentado por el llamado telefónico de Hilda anunciándole que todo había salido bien y el pajarito estaba en la jaula.
    
    Le había dado instrucciones a la mucama: -Llego a las siete y media, Hilda, tenémelo bañadito y perfumado. ¿Se porta bien?
    
    -Al principio debí darle un par de bofetadas, pero ahora está como resignado. Tal vez entendió que por más escándalo que arme de acá no se va en mucho tiempo.
    
    -Así es, hasta luego, Hilda. –y el viejo se frotó las manos, excitadísimo tras cortar la comunicación.
    
    Efectivamente, Hilda se llevó al chico al baño a que tomara una buena ducha y tenerlo listo para esperar a don Ernesto. ...
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