UN GRAN DÍA 3 - Relatos Eróticos

UN GRAN DÍA 3

... bien que tengo razón. Te hacés el misterioso pero sabés que es así. – Como lo hacía cada vez que me interrumpía, Laura me acariciaba para “entretenerme”. ¡Me había puesto al palo nuevamente!
-Si puedo seguir, te enterarás de lo que pasa…
-Me lo imagino. – Laura sonreía socarrona mientras me pajeaba. - ¡Tu primer trío! ¡Jajaja!

“En los dos o tres meses, luego de coger con todo, de acuerdo a las instrucciones de “mamita”, no solamente “tapaba agujeros”. También ayudaba a Mica en todo lo que hiciera falta para que anduviera bien en la escuela. ¡Nunca había estado mejor! Los padres estaban encantados con mi “docencia”. El papá no sabía que mi docencia era integral, por fuera y por dentro. Denisse lo tenía bien claro. ¿Sería esto un premio? «Lo hacemos acá?» Pregunté sorprendido. «No soncito. Vamos al dormitorio.» Denisse estaba tierna y encantadora. Tenía ese hermoso vestido de tela tan fina que marcaba sus pezones y que yo le había bajado en un par de oportunidades. Por supuesto cuando fue a buscarme a casa se había puesto un saquito que disimulaba sus “intenciones”.  
“Mica me tendió los brazos para que la alzara como hacía cuando estaba en mi mesa de dibujo, y la bajaba para ponernos a coger en la cama. La alcé y fui con ella abrazada a mí y apretándome con sus piernas. La tenía con las manos en los cachetes del culo y nos besamos con “todas las lenguas”. Mirando de reojo seguí a una “mamita” de lo más sonriente. Yo conocía el dormitorio de las veces anteriores. Me ...

... encantaba. La cama era inmensa. Denisse quería que hiciéramos todo en su presencia. ¿Qué pasaría? «Hagan lo de siempre, sin omitir nada.» «Si mamita, como quieras.» Mica estaba dispuesta a todo. La bajé. Prestamente, como siempre, me bajó los pantalones y se dedicó a mamarme, aunqué yo ni morcillón tenía el choto. Lo agarró con las manos para metérselo en la boca, aunque primero retiró el prepucio con los labios y besó cariñosamente el glande.
“«Eso, así, muy bien. Lo primero es lo primero. La chupada garantiza una buena pija, y predispone a retribuir la gentileza. Eso está muy bien.» El lenguaje de “mamita” predisponía a toda la lujuria del mundo. El espectáculo era intenso. Micaela arrodillada a mis pies mamando. Denisse se puso detrás de la hija. Mis manos, como casi siempre, estaban en la cabeza de ella, acompañando el vaivén, cogiéndola en la boca. Denisse me tomó una de las manos y se la llevó a sus tetas. ¡Genial! Me habló al oído. «Bajame el vestido.» Eso hice. Deslicé sus breteles y sus tetas aparecieron tan fenomenales como siempre. Me hizo inclinar un poco, sin que Mica dejara de mamar, y las acercó a mi boca. Chupé, mamé y besé esos pezones grandes como dedales, oscuramente marrones, como las areolas. Claro, con todo esto yo no podía durar mucho. «Me vengo Denisse…» También se lo dije al oído. «¡Sí! ¡Dale! ¡Llenale la boca que le encanta!» Mica lo sabía. Era lo que siempre pasaba, aunque en este momento fue más pronto que lo habitual. ¡Las tetas de “mamita” y la ...