UN GRAN DÍA 3
Fecha: 24/11/2021,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... lengua de la hija eran motivo más que suficiente! Me sacudí y salieron chorros y más chorros. ¡Desde el miércoles estaba acumulando! ¡Ni una sola paja! «No lo tragués todo, mi amor. Dejame un poquito a mí. Lo quiero probar.» Denisse ya lo había probado, por supuesto, pues las dos veces que vine también quiso que le acabara en la boca, pero no le había dicho nada a su hija. Supongo que hoy lo haría “oficial” ante Mica. Cuando saqué la pija chorreando de la boca de Micaela, Denisse la irguió y besó, absorbiendo lo que quedaba. «¡Es muy rica! Con razón te gusta tanto.» «Viste mamita, yo te lo dije. ¡La lechita de Dani es exquisita!» Ahora me tocaba “retribuir la gentileza”.
“Mica estaba súper entrenada. Hacía varios meses que compartíamos sexos y cama. Se acostó en el borde y levantó las piernas. Me arrodillé y fui hacia la concha. Súper húmeda. En poquísimas lamidas llegó al orgasmo. Para mí fue demasiado pronto. Tal vez la presencia de “mamita” estimulaba su libido. Pero yo seguí chupando. Me gustaba mucho su sabor, su olor, su humedad. Pasaba algo… ¡Sí! Mica apretó mi cabeza contra ella. ¡Estaba orinando! ¡Eso sí que es bueno! Traté no perder una gota. Tan tibio y saladito. ¡Riquísimo! «¡Chicos, como disfrutan!» «¡Hummmmm! ¡Tan rico!» «¡Síííí! iAaaaahhh! ¡Qué rico! ¡Tan lindo!» Las exclamaciones de Mica y las mías se mezclaban. «¡Le dan con todo! ¡No se pierden nada!» Denisse también estaba exultante. «¡Todo lo que puedo! ¡A Mica le encanta!» «¡Sí! ¡Lo sé! Me lo contó. ...
... ¡Quiero probar!» «¡Sí mamita! ¡Acabé dos veces!» «¡Estuvo riquísimo, mi amor! ¡Me lo tragué todo!» Alenté a Mica para que ella también alentara a la mamá. Me paré y tomé a Micaela por la cintura. Nos abrazamos y nos besamos con pasión. «¿Cómo querés que me ponga, bebé?» Denisse me seguía llamando como si yo fuese un recién nacido, igual que a la hija. «Como más te guste.» «No, no, quiero que elijás vos. Que estés bien cómodo.» «Bueno, acostate y levantá las piernas.» «Está bien tesoro. ¡Todo para vos!» Ese “todo para vos” ofrecía el paraíso. «¿No querés mamarla?» Si el lenguaje de Denisse están grosero, ¿por qué yo no? «¡Sierto! ¡Casi me olvido! ¿Pero no vas a acabar? ¿Después podrás?» «¡Si mamita! Dani acaba un montón! ¡Cada vez que se la chupo o me la mete acaba sin problema! ¡Siempre hay lechita para tragar!» Micaela conocía el támite. «Bueno, dale.» Denisse se arrodilló como su hija delante de mí. Me encantó ese gesto. Ya me dio ganas de llenarle la boca. Lo hizo con absoluta clase. La agarró con sus manos y con los labios me corrió el prepusio. Su lengua acarició el glande con maestría, recorriendo toda su superficie, deteniéndose varios segundos en el agujero de la uretra. «¡Mmmmm! ¡Qué sabroza es, bebé!» Se la fue introduciendo lentamente, sin dejar de acariciar con la lengua y los labios. La llevó hacia el paladar, a la izquierda, a la derecha. No apartaba sus ojos de los míos. Mica miraba interesada, por si había algo que ella no supiera. Su lengua recorría todo el ...