UN GRAN DÍA 3 - Relatos Eróticos

UN GRAN DÍA 3

... gusta mucho estar a tu lado…, mucho. Sé…, bueno creo saberlo, que cada tanto, una vez por semana… o más… depende, podemos estar juntos…, MUY JUNTOS… - Laura hablaba mirándome a los ojos. En este momento me dio un piquito, sonriendo. – Si la pasamos tan bien… ¿por qué arruinarlo? Tengo miedo que la convivencia lo arruine. Recién comenzamos…, sigamos así…, Dani… te quiero mucho… No sé por qué, apenas nos conocemos…, pero es así…
-Laura…, yo también te quiero…, mucho, mucho… Probablemente esté demasiado ansioso…, deseo tanto tenerte a mi lado… Te deseo… ¡TE DESEO MUCHO! No solamente quiero estar en la cama con vos, también quiero salir, ir a algún lado, hacer vida de pareja, que se yo, me siento tan a gusto…
-Yo también. Lo podemos hacer aunque no convivamos. Además… no quiero dejar sola a Carol…, estaría mal eso… ¡Oh, Dios! ¡Me olvidé! ¡Tengo que irme!
	Sentí el peso del cuerpo de Laura sobre el mío. Al estar quietos, sin “actividad”, sus kilos, pocos kilos, alrededor de cincuenta, creo, se hacían sentir sobre mí. En “actividad” el peso no se siente, o se siente agradablemente, con roces que hacen feliz…
-Si te vas…, no será sin “compensación”… – La abracé y nos dimos vuelta. ¡Ahora sí!
-¡Jajaja! ¡No te perdés ni una! – Laura abrió las piernas y me abrazó con ellas. Con su mano guió el pene a la vagina. – Te falta un poco. ¡Jajaja! De a poco…
	Al sentir su mano ...

... abrazando la pija, prontamente se paró, con la dureza necesaria para penetrar. Fui entrando lentamente. Nos abrazamos y besamos…
-Amor… amorcito… ¡Es tan lindo estar con vos! No quiero que deje de serlo. ¡Tan liiinndo! ¡Aaaahhh! ¡Ssiiii! – Laura ya estaba en “trance”… 
Comenzamos el bombeo… adentro… afuera… Laura acompañaba el vaivén con todo su cuerpo. Cuando me levantaba un poco para poder besar sus tetas, ella acariciaba mi cabeza. 
-Papi… papito… ¡Asiiii! ¡Aaaahhh! ¡Es tan lindo! 
-¡Sisisiiii! – Le hablaba despacito en su oído… y besaba la orejita de Laura…
Me apretó con sus piernas. Se estremeció y me abrazó con un intenso beso. Nuestros labios y lenguas pegados, sin moverse. Toda nuestra atención y energía puestas en los orgasmos. 
-¡Aaaaggg! ¡Vaaaa…! – Acabamos simultáneamente. Nos quedamos respirando agitados. Yo seguía sobre el cuerpo de Laura. Ella relajó sus piernas y las dejó abiertas, sobre la cama.
-¿Ves lo que te digo mi amor? Esto… es tan maravilloso… ¡No lo perdamos nunca! ¡Jamás!
-Y… si… ¿Cuándo volvés? 
-No sé. No quiero ni pensar. Espero poder calmar a Carol. Tengo que compensarla de alguna manera… 
	Laura se levantó. 
-¡Jajaja! ¡Dame algo para no chorrear! 
-Agarrá esa camisa. Después me la pongo sin lavar… 
-¡Jajaja!
Con la camisa en las piernas Laura corrió al baño. Me levanté para verla. ¡Es tan hermosa! ¡Una criolla fenomenal!