Mi primera vez y en su oficina | Santiago CL - Relatos Eróticos

Mi primera vez y en su oficina | Santiago CL

... ciudad muy calurosa en esta época de fin de año. Además, me había pasado directo del trabajo y ya estaba algo sudado a lo que agradecí refrescarme y sentirme limpio. Mientras tanto, Pedro ordenaba un poco el sitio. Antes de salir del baño vuelvo a vestirme ya que los nervios me dominaban en ese momento y estaría preparado para salir no me sentía cómodo. Así que salgo y entro a su oficina. Él siempre muy amable y educado me ofrece algo de beber. Ambos notamos que estábamos muy nerviosos y se siente la tensión en el aire. Entonces mi mirada baja y nuevamente noto su pene marcando su pantalón. De un momento a otro nos acercamos, quedamos de frente a muy pocos centímetros, sentía su respiración, entonces, algo pasó por mi cabeza, entonces me inclino para darnos un largo y apasionado beso, era como si no hubiera un mañana, romper esa tensión acumulada como si de un resorte a mucha presión que se liberase bruscamente. Estábamos ahí los dos parados al medio de su oficina abrazados y besándonos, sintiendo su barba en mi rostro y él la mía. Su lengua buscaba la mía con furia y con pasión, el sabor de su saliva, sentir los labios carnosos en los míos dando pequeños mordiscos, nuestros bultos de nuestros pantalones chocando y tocándonos sobre la ropa. Ese beso fue de los más excitantes que he sentido. Pasan unos minutos y volvemos a recobrar la cordura. Pienso en lo poco que duré con mi regla de "no quiero besos".

Ya habiendo cruzado la barrera de los nervios y la tensión inicial, ...

... mi amante comienza a desvestirme mientras besa mi cuello. Quita primero mi camisa quedando mi torso desnudo. Pedro comienza a lamer con mucha furia mis pezones, mi axila, mi torso completo, siento que baja por mi bajo abdomen. Entonces, comienza a quitarme el pantalón y mi ropa interior. Mi pene aparece erecto, cabeza brillante y llena de lubricación que generaron esos besos previos. Mi pene, liberándose de su prisión fue a caer en manos de Pedro, él toma mi verga, la huele con fuerza, para luego metérsela en su boca desesperadamente. Yo presiono su cabeza para sentir que penetro profundamente su boca y así llegar a lo más profundo de su garganta, más de una arcada le llegué a sacar.  Mientras con sus brazos rodea mis glúteos con sus manos buscando mi ano palpitante de sentir y ser tocado de esa forma. Pedro empieza a meterme dedos y jugar con mi culo. Hilos de su saliva corrían por mi pene, yo estaba en la gloria.

Después de esto fue mi turno, ahora era yo quien quería desvestir y saborear a aquel hombre que tenía ante mí. Sin perder tiempo desabrocho su camisa y voy directo a su boca para saltar a sacar su cinturón y quitar su pantalón, así dar paso a ese pedazo de carne que notaba en todo momento presionarme. Pedro, al igual que yo, tenía la verga durísima y empapada de jugos de lo lubricado que estaba. Era la primera vez que tenía una verga en mi mano y estaba a punto de llevarla a la boca. La emoción que sentí al tocarla fue grande, "mi primera vez pensé". Llevarme ese ...