Una tarde con Alex, el mejor culo del planeta… - Relatos Eróticos

Una tarde con Alex, el mejor culo del planeta…

... pensé que se había asustado, pero con la misma velocidad con la que se había puesto de pie también se arrodilló en el piso para meterse mi verga a la boca, pude comprender perfectamente lo que iba a hacer.

Alexander comenzó a lamerme la cabeza del pene mientras que con su delicada mano me masturbaba el tronco, yo no sabía dónde había aprendido eso, lo único que sabía era que estaba a pocos segundos de estallar de tanto placer. Y de pronto sucedió, salió el primer chorro de sémen, el cual alcanzó a elevarse varios metros sobre el aire, lo que me dejó atónito pues cuando yo solía masturbarme, mi semen sólo alcanzaba a elevarse unos centímetros al eyacular, era la primera vez que mi cuerpo lo expulsaba de esa manera. Al ver eso, Alexander comenzó a gemir fuertemente metiéndose mi verga a la boca, pude sentir varios de mis chorros saliendo con la misma potencia dentro de su boca, sus mejillas comenzaron a inflarse pues su boca se estaba llenando de semen, en ese momento escuché claramente cómo comenzó a tragárselo para seguir succionando, todo esto sin dejar de gemir, la verdad yo no entendía porque gemía tanto. Luego de varios y eternos segundos succionando mi semen, mientras yo me estremecía de placer, se sacó la verga de la boca, me miró lujuriosamente a los ojos y me dijo muy sensualmente:

•	Riquísimo… ¿Te gustó todo lo que hicimos?...
•	¡Ahhhhh! Si nena, me fascinó, es el mejor día de mi vida… ¡Ahhhhh!
•	Me tragué todo tu semen, estaba más rico de lo que ...

... pensaba…
•	Y tú eres una delicia, ¿Vamos a seguir haciendo esto, verdad?
•	Claro que sí, ahora voy al baño a lavarme antes que venga tu mamá…

Alexander se puso de pie y fue al baño, yo no podía ni moverme por todo lo ocurrido, pero debía poner de mi parte y hacerlo pues mi madre ya estaba a minutos de llegar y no podía encontrar ese escenario. Al ponerme de pie, lo primero que vi fue un líquido viscoso y pegajoso en el piso, justo en el lugar donde él había estado arrodillado haciéndome terminar con su boca. Lo toque y de inmediato me dí cuenta que era semen y que él también había tenido un orgasmo al mismo tiempo que yo y por ello gemía tan fuerte mientras me succionaba. Recuerdo que aún después de haber terminado, el denotar eso me excitó mucho, comencé a vestirme rápidamente y a ordenar la ropa de Alexander, ví su ropa interior y nuevamente comencé a olerla, esta vez con más detenimiento, está de más decir que el olor era delicioso, estaba enamorado. Alex justo salió del baño y me encontró oliendo su ropa interior, me sonrió coquetamente y me la quitó, pensé que no le había gustado, pero luego, con su misma ropa interior comenzó a limpiarme la verga, la cual se encontraba toda pegajosa y babosa debido al sexo, la mamada y a mí mismo semen. Segundos después se la puso como si nada. Yo tomé ese gesto como una señal de posesión, me estaba diciendo que yo ya era dueño de ese enorme trasero y que él ya era dueño de mi enorme verga, así que mientras se terminaba de cambiar le acaricié ...