Una tarde con Alex, el mejor culo del planeta… - Relatos Eróticos

Una tarde con Alex, el mejor culo del planeta…

... cachetes acercándolos suavemente hacia mi verga, la que tenía latiendo de excitación. Mis manos cogieron nuevamente sus caderas, esas pequeñas y femeninas caderas que ya me encantaba agarrar con fuerza, su enorme culo comenzó a rozar mi verga y comencé a sentir la entrada de aquel maravilloso esfínter. Grande fue mi sorpresa cuando en ese momento Alex dió un sentón macizo haciendo que su culo se trague mi verga entera de un tirón, dando el grito más fuerte que había dado hasta ese momento. Si bien, su culo estaba mucho más dilatado, parece que aún no estaba preparado para eso pues el grito que dio fue sin dudas de mucho dolor. Lo curioso es que en vez de preocuparme o sentirme mal por ello, me excitó muchísimo el hecho que Alexander estaba dispuesto a recibir dolor con tal de complacerme. 

Alex comenzó a moverse en círculos muy despacio, mientras que con sus uñas arañaba el sofá, imagino que de dolor. Segundos después, los gritos que daba se transformaron nuevamente en gemidos de placer y comenzó a saltarme encima fuertemente. Si bien hace un rato yo era quien lo follaba vigorosamente en cuatro patas, esta vez era Alex quien estaba literalmente cogiéndome con su culo, era impresionante la destreza con la que lo hacía, creo que él sabía que ese sería su destino, y quería que yo sea participe de él. Solté sus caderas y como me lo imaginé, el siguió saltando sin bajar la potencia, era hipnotizante ver ese enorme trasero cabalgándome encima sin descanso. Por dentro sentía que ...

... estaba convirtiendo a Alex en una puta pervertida adicta a la verga, sin embargo, me dí cuenta que el más pervertido era yo por incentivar todo lo que estaba pasando, pero luego veía al chico saltando salvajemente sobre mi verga sin que yo lo obligue a hacerlo con mucha pasión y con mucho vigor, me hice de inmediato el juramento de no dejar de comerme ese delicioso culo jamás. Alexander seguía dándome sentones con mucha fuerza, podía ver como entraba y salía mi verga completa de ese gran culo con cada sentón que me daba. Me comenzó a doler la pelvis y las piernas debido a la gran fuerza con que me estaba saltando encima y obviamente al gran tamaño de su trasero, pero yo no iba a parar por nada del mundo, después de unos minutos el sofá comenzó a rechinar, se estaba rompiendo, y eso me volvía completamente loco.

De pronto me reanimé de aquel sueño de lujuria profunda para darme cuenta que estaba por correrme, esa cabalgada había agotado hasta la última gota de energía que tenía y estaba a punto de dejarme completamente seco, le susurré al oído que ya iba a correrme, pero debido al fuerte sonido que hacían sus nalgas contra mi cuerpo y sus gemidos no logró escucharme. Decidí aguantar unos segundos más ese culo revotándome encima, pero ya era demasiado, ya no podía aguantar más, así que por inercia grité fuertemente: “¡Ahhh… Me voy a correr!”. Alexander reaccionó de forma casi inmediata y se levantó rápidamente dejando mi verga a punto de explotar por sí sóla, por un momento ...