Una tarde con Alex, el mejor culo del planeta… - Relatos Eróticos

Una tarde con Alex, el mejor culo del planeta…

... translucían toda su ropa interior, la cual se veía bastante pequeña en ese culo. No sabía que tenía tremendas piernas, mucho mejores que las de cualquier mujer, lampiñas, carnosas y contorneadas. Era lo más excitante que podía llegar a ver y necesitaba ir al baño con urgencia a bajar la gran erección que tenía, pero el profesor de deportes no me dejó. El campo de deportes era bastante grande así que atiné a ir a lo más alejado posible para que nadie denote mi erección, quedando como el último alumno sin nadie más detrás mío. Minutos después el profesor dio la orden de juntarnos en parejas, y cómo yo me le había estado acercando todo este tiempo a Alexander, él vino conmigo, imagino que yo le inspiraba confianza al ser el único compañero que se le acercaba seguido y hasta a veces le acariciaba la cintura en modo de juego. Comenzamos a hacer los deportes de pareja mientras yo trataba de ocultar mi erección dentro de mi ropa interior. En uno de los ejercicios Alex terminó delante mío de espaldas, no podía evitar sentir el fino olor que emanaba su cuerpo, parece que recién había salido de la ducha, mi cabeza comenzó a dar vueltas y cuando reaccioné mi pene se había erectado mucho más que antes, podía tocar una de sus nalgas con la punta.

En ese momento me quedé inmóvil, me dí cuenta que Alex dió un pequeño salto al sentirlo, pero luego hizo como si nada hubiese pasado. Entonces comenzó a moverse al ritmo de las órdenes del profesor y me daba suaves empujones con el culo, era ...

... obvio que él estaba sintiendo mi pene palpitando de dureza. Yo no sabía que hacer, si hacer lo correcto y hacerme a un lado en modo de respeto o simplemente hacer realidad la fantasía que he estado deseando todo este tiempo y poner mi verga entre esas enormes nalgas. Mi corazón latía a mil por hora, estaba por tomar una decisión que si bien podía meterme en muchos problemas si me acusaba, también había una pequeña probabilidad de que sea el mejor día de mi vida. 
Me llené de valor y dí un paso adelante dejando casi toda mi vergota erecta a merced de ese gran culo. Alexander se detuvo dos segundos para luego seguir moviéndose fuertemente como si yo no estuviera ahí, no podía creerlo, tenía revotándome encima aquel culo que había deseado por meses. Pensé que estaba en medio de un sueño, pues el chico sabía lo que estaba haciendo, en ese momento la lujuria se apoderó de mí y comencé a moverme para disfrutar de ese culo como se debe, sabía que el orgasmo era cuestión de minutos. En esta ocasión Alex no se detuvo y comenzó a moverse a mi ritmo, estábamos teniendo sexo con ropa. A mí no me importaba lo que fuese a pasar después o si alguien nos veía, yo estaba en medio del más grande climax sintiendo ese culo meneándose en mi verga, entonces Alex se detuvo y volteando la cabeza suavemente me susurró: “Espera un momento, el profesor nos va a ver…”

Reaccioné y ví que venía el profesor, dí un paso atrás con angustia pues no quería separarme de ese culo nunca. En lo que pasaba el ...