1. Fin de semana en Caracas


    Fecha: 08/07/2018, Categorías: Gays Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... coñito. Se le fue llenando la boca de jugo. Cogiéndole las nalgas, le lamió los labios y le folló la vagina con la lengua. Ariadna iba a durar muy poquito... Enrique sintió que se iba a correr y paró de jugar con la lengua en su sexo. Quería follarla y sentir como el coñito de Ariadna bañaba su verga, pero Ariadna cogió su cabeza con las dos manos y volvió a llevar la boca de Enrique a su coñito. Enrique lo metió entero en la boca. Su lengua cubrió labios y clítoris. Con el dedo medio de su mano derecha acarició la entrada del ano. Ariadna, echando la pelvis hacia delante, y moviendo el culo hacia los lados y alrededor, empezó a correrse. Sus piernas comenzaron a temblar. Su ano se abría y se cerraba, Enrique le metió la punta del dedo dentro. A medida que su coñito se contraía y soltaba jugo sobre la lengua de Enrique, el dedo fue entrando hasta perderse entero dentro del agujero de la gloria. Los gemidos de placer de Ariadna eran tan sensuales que la verga de Enrique latía sin control y no paraba de soltar aguadilla mientras él saboreaba la deliciosa ambrosía que eran los jugos de la corrida.
    
    Al acabar de tener aquel delicioso orgasmo, Enrique, la cogió de la mano y la llevó a la cama. Ariadna, echó hacía atrás la colcha y una sábana y se puso boca arriba sobre la otra colcha. Enrique se echó a su lado. La besó, le acarició las tetas y se las volvió a comer. Se acababa de correr y debía darle tiempo.
    
    Ariadna, le preguntó:
    
    —¿Sólo te trajo a Caracas la gana de ...
    ... tener sexo conmigo?
    
    —También quería saber si en persona perdías tanto como decías. Y...
    
    Lo interrumpió.
    
    —Mejor no me lo digas.
    
    —Cómo quiera.
    
    Cambió de opinión.
    
    —¿Me ves más fea que en las fotos?
    
    La miró a los ojos, y le dijo:
    
    —¿Podrían ver feo el cielo las aves mientras vuelan por él?
    
    La besó sin dejar de acariciar sus hermosas tetas, mojó dos dedos en el jugo de su coñito y acarició su clítoris con ellos. Ariadna le estaba dando sus mejores besos cuando le cogió la verga a y se la masturbó. Enrique le metió dos dedos en el coñito. Se masturbaron mutuamente. Poco después, Enrique, acercó la verga a la entrada del coñito y empujó. La verga entró apretada y produciendo gran placer a ambos. Enrique, sin dejar de besar a Ariadna y de ser besado por ella, la folló lentamente, al principio, luego la clavaba con fuerza, una docena de veces y volvía a follarla lentamente, más que nada porque si fuese más allá de doce o trece fuertes clavadas, como Ariadna estaba tan buena, se correría antes de tiempo. Ariadna, cada vez que la follaba lentamente se movía debajo de él, levantando la pelvis para sentir la verga muy dentro de ella y luego moviendo el culo hacia los lados y alrededor... Unos quince minutos más tarde, entre gemido y gemido, le dijo Ariadna:
    
    —¡Me corro!
    
    Ariadna apretó con su coñito la verga de Enrique, y el coñito abriéndose y cerrándose se lo bañó de babitas.
    
    Enrique, viendo como Ariadna se retorcía de placer, y como los dedos de sus manos ...
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