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Pastora conicida por otra cosa
Fecha: 18/01/2022, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Pastora_maria, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Caminando en medio del la calle perdida en el centro de los ángeles fue un sábado el grupo de hermanas cristianas me dejaron sin mi bolsa y celular cansada con tacones altos falda negra que aprieta las nalgas y blusa blanca transparente con braciel negro escote visible y Solo había recorrido media milla cuando un grupo de muchachos se acercó desde la otra dirección. Pude verlos reír y señalar mientras se acercaban. Los siete eran todos jóvenes, adolescentes o veinteañeros como mucho. El grupo de ellos me rodeó mientras me preguntaban qué estaba haciendo. Les dije que estaba caminando a casa. Miraron a su alrededor a escondidas antes de arrastrarme a un callejón oscuro cercano y empujarme contra la pared. "Mira las tetas de esta zorra", comentó uno, mientras acariciaba mis tetas. "Es como si estuviera pidiendo que la violaran", dijo otro alegremente. "Bueno, entonces será mejor que violemos a la puta, ya que lo está pidiendo tan amablemente, muchachos". Bruscamente metió su mano entre mis piernas, ahuecando mi coño y casi levantándome. Rápidamente sacaron sus pollas, me dieron la vuelta y me inclinaron, con los chicos sosteniéndome los brazos y otros sosteniéndome las piernas. Un chico que ya estaba duro como una roca metió su polla en mi boca y sentí que otro me despegaba los labios de la vulva y la cabeza de su polla en la entrada de mi coño. Luego, con un gruñido, empujó sus bolas de vara erectas profundamente dentro de mí y comenzó a embestirla con ...
... embestidas como de pistones. Intenté agitarme un poco, sacudiendo los brazos, como si fuera una víctima de violación, pero me sujetaron con fuerza. Los convenció de que me estaban violando y se aseguró de que me follaran muy duro y duro. Por supuesto que sabía que en realidad no me estaban violando porque estaba dejando que me tuvieran. La polla es la polla, después de todo. Luego me arrojaron contra la pared y otro chico se acercó, mirándome a la cara. Consiguió que dos compañeros levantaran cada uno una de mis piernas y hundieron su polla en mi coño bien abierto, empalándome contra la pared. Los siete me atacaron en varias posiciones, principalmente desde atrás, golpeando mis tetas mientras me golpeaban duro y rápido. Aproximadamente la mitad de ellos lograron arrojarme un montón de semen, por lo que mi coño estaba goteando cuando terminaron conmigo. Se subieron el cierre de los pantalones y se alejaron, dándose palmadas en la espalda y tratando de contar cuántas veces me habían follado. Me puse en pie y me sacudí, sintiendo algunos moretones en la espalda debido a la aspereza de la pared contra la que había sido penetrado. Mis rodillas también estaban un poco adoloridas, por haber sido forzado a chupar algunas de sus duras pollas jóvenes. Logré salir de la boca del callejón y volví a girar en dirección a casa. Al pasar frente a una tienda de ropa, que había sido instalada con espejos brillantemente iluminados como parte de la decoración de la ventana, vi ...