Pastora conicida por otra cosa - Relatos Eróticos

Pastora conicida por otra cosa

... el desastre que estaba después de esa sesión de violación en grupo. Mi cabello estaba completamente revuelto, había rayas en mis mejillas y frente donde la suciedad se había pegado al semen que los chicos habían rociado sobre mi cara y una de mis tetas tenía marcas enrojecidas alrededor del pezón.

"Bueno, ciertamente hay muchas pruebas de violación para mostrar a mi esposo", pensé mientras continuaba.

Era una calle principal, aunque no la autopista hacia el centro de la ciudad, pero lo suficientemente bien iluminada para que los autos que pasaban, principalmente jóvenes que se dirigían a los diversos pubs y clubes, me vieran y reaccionaran.

Había un montón de bocinas de coches, abucheos y silbidos de lobo. Una carga de autos incluso se detuvo junto a mí con un par de tipos sacando sus teléfonos y tomando algunas fotos y grabándome en video mientras caminaba, mis grandes tetas rebotando con cada paso.

"Muéstranos las tetas", gritó un idiota demasiado ansioso. Me puse de pie, con las manos en las caderas, frente a él.

"Lo es, idiota", lo reprendió su pareja. Volviéndose hacia mí, dijo: "¡Muéstranos tu coño!"

Volviéndome, me incliné y abrí las nalgas. Los teléfonos con cámara destellaron ante la vista. Todavía estaban tratando de conseguir sus tiros cuando me fui.

Mis pies descalzos comenzaban a dolerme en el duro camino de concreto, pero aún me quedaban algunas millas por recorrer. Aunque mi destino estaba en un suburbio del centro de la ciudad, calculé ...

... que me llevaría al menos otros 40 minutos. Alterné caminar sobre las puntas de los pies, el talón y los dedos de los pies para no lastimarme la misma parte de la suela todo el tiempo.

Pensé en correr, pero no soy muy corredora y con unas tetas como las mías, correr, que es un espectáculo para los ojos doloridos, no es el ejercicio más cómodo.

Después de unos cinco minutos, una gran camioneta blanca se detuvo rápidamente a mi lado. Después de mirarlo, seguí caminando, escuchando la puerta corrediza abrirse. Tres hombres saltaron y en un par de pasos me alcanzaron. Me levantaron y me metieron en la furgoneta.

Aterricé en una superficie blanda y caí hacia atrás cuando la camioneta se alejó de la acera y aceleró hacia el flujo de tráfico.

"Cállate y quédate quieto", gruñó una voz. Mientras me sujetaban y me tapaban la boca con una mano, poco más podía hacer. Pude distinguir cuatro siluetas y todas parecían estar enmascaradas.

La parte trasera de la furgoneta había sido modificada como una especie de caravana, con la mayor parte ocupada por un colchón. Era bastante cómodo y ya no me dolían los pies, así que estaba agradecido por las pequeñas mercedes.

Pero yo sabía lo que estaba por venir. Estos tipos me habían secuestrado en la calle en su camión de mierda móvil y así es exactamente como planeaban usarlo, y a mí.

Estaban mirando ansiosamente alrededor por las ventanas traseras y laterales mientras la camioneta daba varias vueltas.

"Creo que estamos claros", ...