Pastora conicida por otra cosa - Relatos Eróticos

Pastora conicida por otra cosa

... el conductor se deslizó en la parte trasera de la camioneta, mientras que el líder se hizo cargo del volante.

"Asegúrense de llenar todos sus agujeros, muchachos. Vamos

"Sí, vamos a violar el culo de la zorra, darle la vuelta", el resto aceptó la sugerencia con entusiasmo.

Los cuatro restantes se turnaron en mi culo, luego pensaron en hacerlo de culo a boca. Tomaron posiciones en los puntos de la brújula, haciéndome dar vueltas como una aguja loca para chupar la polla que recientemente había sido atascada en mi culo. El siguiente tipo me follaría el culo y yo me daría la vuelta para chuparle el culo de su polla.

El juego continuó hasta que uno de ellos finalmente no pudo contenerse más y espasmó su jugo de polla en mi trasero. Pronto vinieron un par más, uno de ellos salpicó mi cara.

"Mierda", vino una palabrota entre dientes desde el frente. "Creo que hay un par de faros que nos han estado siguiendo por algunas calles".

"Hay un par de faros aquí que acaban de apagarse", se rió entre dientes uno de los muchachos.

"Cállate, no hay tiempo para bromas. Tenemos quedeshacernos de esta zorra y rápido".

La camioneta ganó velocidad, deslizándose en varias esquinas mientras el conductor tomaba medidas evasivas.

"Rápido, hay un parque aquí arriba. Creo que los hemos perdido por unos momentos. Cuando me detenga, sáquenla y tírenla entre los árboles y luego vuelvan aquí, pronto".

La camioneta se detuvo con un chirrido y los cuatro me agarraron y me ...

... sacaron de la camioneta, llevándome virtualmente 20 metros y arrojándome sin contemplaciones debajo de un par de árboles bajos, protegidos por algunos arbustos. Corrieron hacia la furgoneta, con el motor en marcha, que despegó incluso antes de que lograran cerrar la puerta corredera.

Me acosté jadeando sobre la hierba fresca, que ya tenía una pizca de rocío. Estaba en ese estado medio entre no poder moverme y no querer moverme.

No estaba seguro de dónde estaba el parque, dónde estaba mi casa y qué hacer ahora. Eventualmente, levanté la cabeza para mirar alrededor, obligando gradualmente a mis débiles músculos a cooperar.

Usé el tronco del árbol para ayudarme a ponerme de pie, luego con cautela comencé a mirar alrededor del parque oscuro para tratar de encontrar una señal que me ayudara a identificar mi ubicación.

Me golpeé el dedo del pie con un tronco, lo que me hizo gritar, caminando aún con más cautela. No era un gran parque, y cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad pude ver otros árboles y un patio de recreo recortado contra una hilera de casas. Pero no se encontró ninguna señal.

Pronto me encontré de nuevo bajo los árboles donde había comenzado, pero algo parecía un poco diferente. Hice una pausa, tratando de averiguar qué era.

Varias figuras de repente se materializaron de entre los arbustos y salté. Los hombres se quedaron allí, en las sombras, sonriendo.

"¿Eres la zorra llamada María que ha estado dando vueltas por la ciudad pidiendo que la ...