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Renee, la señora del pensionado me enseñó de todo
Fecha: 25/01/2022, Categorías: Sexo con Maduras Tus Relatos Autor: soyos, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Hola Soy Arturo, cuando todo esto que relataré sucedió tenía 18 años. Resulta que mi papá se fue al norte a trabajar, luego de cuatro años regresó, y con los dólares que había ahorrado, se hizo la casa que ahora tenemos y me dijo que me mandaría a la ciudad a seguir mis estudios, yo siempre había sido buen estudiante, asi que me dijo que los pagaría. Se buscó un buen colegio y ahora faltaba donde vivir. En el periódico vimos algunos apartamentos y pensionados en casas familiares, es decir en este último tu vives con una familia que te alquila la habitación y te dá de comer. Vimos tres y salimos a conocer y preguntar, en uno de ellos nos recibió un señor de unos cuarenta y tantos años, dijo que era médico y que vivía con su esposa y no tenían hijos, asi que tenían espacio para recibir solo a una persona no casada, sin hijos. La casa era muy moderna y el señor tenía buena apariencia, asi que decidimos escoger allí. Nos pasó adelante para conocer, nos dijo que su esposa había ido a pasar unos días con su hermana fuera de la ciudad. Asi que me instalé al siguiente día. Recuerdo que la esposa del médico llegó a los pocos días y la conocí, una señora de talla grande, no gorda, pero llenita, tenía dos enormes senos y grandes caderas, además de su enorme trasero que lucía mucho cuando se ponía pantalón. Tendría por allí de 38 o 40 años. Nunca lo supe en realidad. En mi caso, siempre he sido alto desde niño, en la escuela era el más grande de la clase, mediría 1.75 ...
... mt, en ese entonces. Mis padres tienen una granja, apartada de la ciudad, en donde tenemos crianza de pollos, puercos y cultivos. Asi que mi complexión no era débil sino fuerte. Y sin pecar de falta de modestia mi paquete también era grande, aveces en la escuela comparabamos el tamaño de nuestros penes y yo podía ver que él mio era casi el doble del de un niño de mi edad. Asi que en eso no me quejo, aunque en ese momento no sabía que eso era una ventaja. La señora Renee era muy amable conmigo y pronto hicimos una buena amistad, el esposo médico, casi siempre estaba afuera o llegaba tarde. Asi que charlábamos mucho. En ocasiones ella acostada en el sofá de la sala y yo sentado a su lado o en otro sofá, no podía dejar de verle sus grandes muslos y sus senos casi se salían del escote de su vestido. En una ocasión me atrapó viéndole el trasero, pues tenía un pantalón talladísimo y me preguntó: -crees que soy bonita?, yo tartamudee para contestar, pero le dije que la miraba muy linda. Ella se sonrió. Ese mismo día, me duchaba en la noche, ese día me la jalaba pensando en las piernas y trasero de la señora Renee, terminé de ducharme, pero me di cuenta que no tenía toalla para secarme, asi que no tuve más remedio que llamar a la señora y pedirsela, ella entró al baño y ante mi sorpresa corrio la cortina de la ducha y me vio desnudo, tenía el pene bien parado viendo hacia el techo, ella me vio de arriba a abajo y con más atención a mi pene. -Cariño que bien dotado ...