LAS PAMPAS CHATAS 1 - Relatos Eróticos

LAS PAMPAS CHATAS 1

... de los árboles! ¡Jajaja!» «¡Sos única Marilí!» Me moví levemente… «¡No, no te movás! Despacito, sacámela…, pero poné la mano, un dedo, lo que sea… ¡No quiero perderme nada!» «Esperá, esperá. Luego lo hacemos de nuevo. “Fresquita” digamos… Por acá, en el dormitorio, ¿tenés algo que yo pueda poner…, para que no chorreé el semen en la cama?» «Si, allí, en la silla… Hay una bombacha mía…» «Bueno… Ponete vos un dedo en la cola…, cuando te la saque… y yo agarro la bombacha.» Despacito le saqué la pija del culo. Marilí tenía su mano tomándome del tronco. La iba deslizando en la medida que yo la retiraba del ano. Cuando salió el glande ella se metió un dedo. Me levanté rápido y recogí la bombacha. Se la puse en la colita, sobre su dedo. «¡Ahora! ¡Sacalo!» La “maniobra” fue impecable. «¡Jajaja! ¡Qué sabiduría! ¿Con tu novia lo hacés así?» «Y… más o menos. No hay que dejar demasiado huellas del “delito”…» Marilí se chupó el dedo que había puesto en el culo. «¡No hay que desperdiciar nada! ¡Jajaja!» Nos reíamos al unísono. ¡Es tan divertida! «¡Sabés cómo me gustaría sentirte acabando en mi concha! ¿No tenés condones?» «No, tesoro, no tengo. ¡No me imaginé ni remotamente que iba a entrar en el paraíso de esta manera! Si querés le podemos pedir al ingeniero… ¡Seguro que tiene! ¡Marcia no se lo iba perder!» «¡Jajaja! ¡Ni loca! Imaginate…, si ahora pueden suponer que tengamos alguna relación…, si le vas a pedir condones…, con quien van a pensar que los usás… ¿con una vaca?» «¡Jajaja!» «¡Me muero de vergüenza!» «¿Les contás a tus amiguitas como practicás lo que ven en las pelis?» «No. Todavía no pude. Ahora…, luego de cenar le hablaré a Juliana. Después te digo…» «No seas demasiado explícita… ¡a ver si se asustan!» «¡Jajaja!»