LAS PAMPAS CHATAS 2 - Relatos Eróticos

LAS PAMPAS CHATAS 2

... «¡Jajaja! ¡Espero que el hule aguante!» «¡Jajaja!» La alegría era infinita. «¿Cuántas veces acabaste?» «¡Qué sé yo! ¡Un millón!» «Parate tesoro. Apoyate en la pared.» «¿Me la sacás?» «Un instante. Para pararnos.» Nos colocamos en la cabecera de la cama. Marilí parada y apoyada en la pared, de frente, con el culo bien parado. Se la metí nuevamente. Ahora éramos los dos en el mete y saca. Yo sentía que en cualquier momento la llenaba. «¡Fuerte! ¡Fuerte! ¡Con todoooo!» «¡Sí así! ¡Así! ¡ASÍÍÍÍ! ¡Como te siento! ¡Qué tibiecita tu lechita!» Me quedé resoplando contra ella. ¡Había acabado contra la pared! ¡Milagrosamente aguantó! Marilí totalmente “aplastada” contra la pared. «¡Qué fuerte papito! ¡Jajaja! ¡Ahora puedo decir que me rompiste el culo! ¡Jajaja!» «¡Algo tremendamente glorioso!» «¡Lástima que no me puedo tragar la lechita!» «¡Y yo tampoco tus juguitos!» «Bueeee…, luego lo hacemos.»

-¡A MI NO ME HICISTE ESO! - Laura protestaba.
-Ni me acordaba. Surgió ahora, con el relato.
-¡Dale! ¡Lo quiero! ¡Clavame contra la pared! – Estaba ansiosa, como siempre.
-Esperá…
-¡No! ¿Qué esperar?
-Empecemos despacito ¿si?
-Como quieras, pero me la tenés que clavar contra la pared!
-Primero te chupo…
-¡Ja! ¡Me querés hacer acabar para que no tenga fuerzas!
-No. Todo lo contrario. ¡Con un buen orgasmo te ponés contenta! ¿Cuánto hace que no acabás?
-Y…, quince minutos…
-¿Nada más?
-Claro…, con tus relatos también me viene…
-¡No me di cuenta!
-¡Quiero ser discreta…, para no ...

... distraerte! ¿No sentís cuando te apreto la pija?
-¡Jajaja! ¡Qué discreta! ¿Ves? ¡Me perdí tus juguitos! ¡Quiero tragarlos! ¡Me enloquecen!
-¿Y te da más ganas?
-¡Claro!
-¿No te da más ganas cuando te la mamo?
-Bueno…, más o menos. ¡Me gusta todo con vos!
-A mí también…
-Dale, chupame…
Se acomodó en el borde de la cama y levantó las piernas. Me senté en el piso y metí la cabeza entre las piernas. ¡Con ella todo es magnífico!
Luego de su orgasmo y después de chupar hasta la última gota, retuve algo en la boca sin tragar y la dejé caer sobre la concha. Escurrió hacia el ojete. Cuando lo tuvo bien mojado le metí la lengua. Dos dedos… y me paré. Se la fui clavando despacito… 
-Si, así, así, pero contra la pared…
-Ya llegará, mi amor… - Las palabras dulces le encantaban.
-¡Ay si! ¡Qué lindo!
Ya la tenía en el fondo…, bien adentro. La tomé de las manos y la erguí sin sacarla. Me retiré despacito, para que ambos notemos el recorrido de la poranga.
-Date vuelta y agachate.
Se apoyó en la cama con las manos. Se la clavé, ahora de espaldas. La tomé de las tetas y la paré bien pegada a mi cuerpo. Nos arrimados a la pared. Laura estaba contentísima. Se daría el gusto. Levantó los brazos y se apoyó contra la pared. No le di oportunidad de acomodarse. Casi violentamente empujé hasta el fondo. Sentí los huevos colgando y pegando contra los labios mayores. Subía y bajaba. Ella movía el culo como acomodándose. La clavé febrilmente. Tomé su cintura y bombeé violentamente. 
-¡Aj! ...