LAS PAMPAS CHATAS 2 - Relatos Eróticos

LAS PAMPAS CHATAS 2

... Refregaba el culo contra la pija, mientras yo le sobaba las tetas sobre la tela. Cuando la sintió bien dura, Marilí giro, siempre sonriendo. Saqué el vestido sobre su cabeza, y “apareció” su soberbia belleza, totalmente desnuda. ¡Estaba preparada! Me agaché ante ella dispuesto a lamer. Se había vuelto a recortar el vello. Estaba más cortito que al mediodía, en el bosquesito. ¡Se había afeitado en varias partes! Los labios mayores estaban totalmente expuestos… ¡maravillosamente expuestos! ¡Y lo qué quedaba lo había recortado en forma de corazón! Fui inmediatamente a besar toda la zona, monte de venus, ingle, muslos…, terminando sobre los labios externos. «¿Te gusta, mi amor?» Me hablaba como si fuésemos la pareja de toda la vida. Me entristeció. ¡Era algo tan imposible! Pero no quise demostrárselo. Metí la lengua hasta llegar a la humedad de la vulva. Marilí dobló las piernas para facilitarme la tarea. Hurgué todo lo posible y sorbí la humedad del cielo. Me fui parando, besando y lamiendo cada centímetro de su cuerpo. El vientre, el ombligo, bajo los globos de las tetas, chupando esa leve transpiración que allí se forma. Continué en los globos propiamente dicho y me detuve unos minutos en cada uno de sus pezones. Antes de llegar a su cuello, Marilí se agachó un poquito y con sus manos me bajó totalmente el pantaloncito. Me tomó la pija pajeándola con delicadeza. Yo acariciaba sus tetas. Suavemente me empujó para que me sentara en la cama. Se acomodó frente a mí.
Luego de un ...

... ratito de lengua y labios en el glande, el tronco y los testículos, con su acostumbrada maestría, resolvió que era el momento de sentirla adentro, por lo que me indicó que me acostara. Se acomodó para montar y tomándome la pija se la fue metiendo en el culo, poquito a poco, con su mejor sonrisa. La cabalgata, como siempre, fue hermosa. Antes que me vinieran ganas, demasiadas ganas, la hice girar y arrodillarse. Me arrodillé yo también tras ella. Se acomodó para recibirme nuevamente en el culo. La tomé de la cintura y la metí hasta el fondo. Ella se apretó contra mí. Yo no tenía que hacer nada. Sentía como me apretaba con sus glúteos y su recto. Marilí hizo todo el “trabajo”, con un mete y saca perfecto. Entonces apreté sus tetas siguiendo sus movimientos. Me apreté contra ella. Me tomé fuerte de su cintura. Besaba su espalda, su cuello… La besaba todo lo posible cuando se acercaba en su mete y saca. Era muy cómodo para mí, sentado sobre mis piernas, la pija dentro del culo de Marilí y ella haciendo todo el trabajo, entre risas y gemidos de placer. «¡Ay! ¡Ay! ¡Ayyyy! ¡Qué rico!» «¡Síííí! ¡Apretámela bien…! ¡Así! Asíííí!» «¡Sííí! ¡Papito! ¡Cómo te siento!» Parecía que en cada gemido tuviera un orgasmo. Yo hacía lo imposible para contenerme. ¡Quería que este placer durara toda la vida! «¡Ay Dani! ¡Dani! ¡Mi vida! ¡Es tan lindo! ¡Tengo un orgasmo tras otro! ¡No puedo parar!» «¡Sííí, mi amor! ¡Te siento! ¡Tengo los testículos y las piernas todas mojadas! ¡Chorreo por todas partes!» ...