1. Aprendiendo de Don Raúl


    Fecha: 07/03/2022, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Nino McPhee, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... un sorbo de su copa de vino y traté de moverlo desde los brazos, evitando acercarme a su piel descubierta. En el forcejeo me tomó de las muñecas y torció mis brazos quedando en una posición de alto roce frente a frente. El olor a vino de ambos encendió en mí más la calentura
    - Quieres que te siga humillando, ah? Eso quieres? Ya pues enójate, saca la rabia y bótame, mariconcito bueno para el pene
    
    Ahí estaba, la palabra mágica. Estaba en pleno forcejeo con el papá de mi amigo y él me estaba diciendo lo que venía esperando escuchar desde que partieron mis fantasías con él y su tono iba aumentando como mi calentura:
    - Así que te gusta la verga, marica, anda buscando que le den verga el maricón hambriento? 
    Sin pensarlo y entre forcejeo le respondí
    - Como la rubia que vino antes 
    
    Su rostro cambió de bromista a serio, sin dejar de sostenerme los brazos. Sentí que puso más fuerza en sobre mí, enojado e incómodo, me tumbó sin problemas sobre el sillón su se fue sobre mí, inmovilizándome con su peso y hablándome pegado a mi oreja:
    - Tú no viste nada, mariconcete, me oíste? Nada. Mira donde te tengo, no te metas donde no te incumbe. Está claro? 
    
    Me asusté. La fantasía que pasó a jugueteo, había pasado a una situación de riesgo. Me sentí en peligro. Pensé que me iba a golpear, pero no dejaba de forzarme sobre el sillón, ahora más agresivo
    - Ya pues, libérate. Suéltate de mí y defiéndete. No te voy a soltar más. Pendejo alharaco y entrometido. Tu papá tendría que ...
    ... enseñarte, no yo. Castigo te hace falta pa que te hagas hombre 
    
    Dicho eso me da una fuerte nalgada a la que reacciono con un espontáneo quejido
    - Aah
    - Eso te dolió? No aguantas nada!
    
    Segunda nalgada con más fuerza.
    - Quéjate con motivos!
    
    Tercera nalgada con aún más fuerza. Esta me hizo aguantarme, pero él parecía no tener intención de parar. Cuarta, quinta, sexta. De pronto noto una leve erección que trato de disimular manteniéndome acostado en el sillón con este hombre maduro cargando mi espalda, acomodándome, lo que él interpretó como provocación 
    - Ah, no te duele? A ver ahora- dijo mientras de una vez baja mi pantalón de gimnasia y trusa dejando mi culo al aire y nalgueándome rápidamente
    
    Yo estaba extasiado. Confundido por la situación que nunca pensé vivir, aunque había fantaseado largamente imaginándola. En ese trance lograba poner atención al perfume varonil entre crema de afeitar y madera que ese macho que tocaba con fuerza mi culo con sus gruesas manos. Instintivamente levanté mi trasero y lo escuché hacer un quejido con su ronca voz. Noté que su bulto estaba cerca de una de mis manos aprisionadas por una de sus piernas. Me atreví a soltarme y torpemente intentar alcanzar a tocar su entrepierna, sin conseguirlo. Por un momento él parecía no notarlo, pero ante mi insistencia pudo ver mi intención ya abierta sin tapujos y fue él quien tomó mi mano y la puso sobre su bulto caliente y palpitante, apretando mis dedos para que agarrara su miembro completamente. ...
«1234...»