Don Kairo y la pandemia - Relatos Eróticos

Don Kairo y la pandemia

... anuncia con quejidos y gritos su venida.  Yo me escondo de nuevo y regreso al mostrador, les digo a las personas que de ese producto no tenemos, ellos compran lo que les pude encontrar y se marchan.  A los diez minutos llega primero don Kairo, se nota cierta transpiración en la frente.  Luego llega Martha aún componiéndose el vestido.   Después de ese día, ya no puedo ver igual a don Kairo, primero siento rechazo por él, pero no puedo evitar verle su paquete, pues lo que vi en aquella tarde, no lo había visto, el pene de mi marido sería la mitad de grueso y largo que lo que tiene don Kairo, ahora incluso tenía sueños húmedos en donde don Kairo me cogía con su enorme verga.  Pero nunca le había dado confianza.

Pasa una semana más, ya tengo un mes allí.  En eso un lunes, abriendo el almacén me dice don Kairo que Martha ya no vendría pues su mamá estaba contagiada del virus.  Asi que buscarian un reemplazo, pero por lo pronto solo yo y él nos haríamos cargo. Luego a la mitad de esa misma semana.  Estaba yo cerrando la persiana del negocio, luego de terminar un día más de trabajo, don Kairo se acercó por atras y me abrazó y me dijo que tenía un culito bien rico, pego su paquete atras de mi y me sujeto, lo respondí e hice lo posible por soltarme, le dije que no quería ser como Martha.  El se sorprendió y me dijo que Martha se había ofrecido, pero quien en verdad le gustaba era yo.  El con fuerza metió sus manos debajo de mi blusa y haciendo a un lado mi bra, me agarró las tetas ...

... y las apretó, mientras yo sentía su paquete bien parado apretando mis nalgas.  Yo llevaba falda ese día.  -No, no don Kairo, déjeme!!- le pedía.  En eso me bajó con fuerza los calzones y sácandose la verga, me puso sobre el mostrador y con fuerza me penetró, yo gemí al recibir su enorme pedazo de verga.  Don Kairo empezó a entrar y salir de mi rajita, me decía -que caliente y mojada estas preciosa, se nota que te está gustando-.   Yo podía sentir el miembro viril de don Kairon dilatar el conducto de mi vagina como nunca lo había sentido.  Don Kairo me levantó de modo que mis pies quedaron colgando en el aire, y mi torso y cintura quedó sobre el mostrador.  Me tomó de la cintura y me jaló hacia su verga, sentí que me destrozaba la chuchita, me clavó con fuerza su gran verga y me bombeo con mucha intensidad.  -No, don Kairo, suélteme, suel...temé!!-, pero no cabe duda que yo ya estaba excitada, mi cabeza quería soltarse, pero mi cuerpo quería seguir recibiendo su enorme palo.  Entonces vino lo impensable, comencé a emitir quejidos y sollocé, me estaba corriendo.  Don Kairo lo celebró, dándome más bombeos más profundos, el mostrador parecía desquebrajarse.  Entonces lo oí gritar a mis espaldas, luego una sensación de algo caliente en mi vagina, don Kairo se estaba viniendo dentro de mi, sin condón, sin nada.  Luego varios minutos donde solo se oían pequeños ruidos de mi respiración y la de él, por fin me soltó, varios goterones de esperma salieron de mi rajita y cayeron al piso ...