Infidelidad con el Mécanico
Fecha: 17/07/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... abrió la puerta, pude sentir su lujuriosa mira sobre mis piernas y dentro de la grúa, no perdía detalle de mis senos.
Se me hizo eterno el viaje, aunque su taller estaba a escasos 15 minutos, no platicamos hasta que llegamos. Abrió el Zaguán, metió la grúa y el auto, pero no se que paso, que cuando me di cuenta, con toda atención me estaba ayudando a bajar de la grúa, claro, sin dejar de mirarme las piernas y los pechos. Con cuidado maestra no se vaya caer, me dijo y creo que se había notado que estaba un poco borracha.
Mire mi reloj, eran las 12 de la noche, y yo estaba ahí sola, con un hombre que no era mi marido, aunque el taller estaba en su casa, al parecer la esposa de Chon dormía a profundidad, además que había cierta distancia entre el taller y las habitaciones. Por cierto, la esposa de don Chon era una mujer gorda, desaliñada, con cabello largo, de una estatura de 1.50 aproximadamente, de unos 68 años, contrastando con mi silueta delgada, mi cabello corto bien estilizado, mis torneadas piernas, que esa noche estaban cubiertas por medias color natural, sostenidas por un atractivo ligero de encajes finos y unas zapatillas de tacón que me permitían alcanzar una estatura de 1 72.
Seguramente don Chon, fuera de alguna prostituta, nunca había tenido cerca de una mujer de unos 40 años bien conservada, con olor a fragancia, profesionista, extrañamente comencé a fantasear. ¿Por qué no darle ese gusto?
Don Chon, creo que estaba más lujurioso, porque ya sin ...
... ninguna pena me barrio de bajo hacia arriba con su vista, tanto que pude notar como su pene estaba parado, parecía una carpa de circo, que sin ningún rubor mostraba. Sin embargo, aún así me dijo, maestra, si quiere llamó por teléfono a su base a un amigo taxista, aunque también ya sabe que con gusto, suspiro, la llevo.
Le dije, no don Chon, mejor hablele a su amigo, bueno, me respondió, mientras me invitaba a pasar a una pequeña oficina donde estaba el teléfono y donde había varios carteles con fotos de mujeres semidesnudas. Habló con su amigo, y me dijo que tardaria una media hora, mientras tanto, abrió un escritorio y saco un poster, pero cual fue mi sorpresa al ver que la mujer que estaba fotografiada era yo, a un lado de mi auto, claro que con ropa, una blusa negra tipo suéter, una minifalda de piel color negro, medias, y zapatillas de color rojo encendido. Esa foto, me dijo, me la había tomado en una ocasión que acompañe a mi esposo al taller, y que si no me molestaba lo había hecho como un tributo a mi belleza y que no me enojara que yo a él, le gustaba un chorro.
Yo estaba sorprendida, pero no se que paso, que en breves segundos mi cuerpo se estremeció, y una extraña sensación de calor me invadió, estaba sumamente excitada, don Chon a unos treinta centímetros, diciéndome eso, se acerco más a mi, yo estaba frente a su escritorio, el se paso para atrás, diciéndome, maestra, perdóneme, pero me gusta mucho, tiene unas piernas increíbles, un cuerpo de sueño, esta usted ...