LAS PAMPAS CHATAS-final - Relatos Eróticos

LAS PAMPAS CHATAS-final

“«¡Ahora me toca a mí y no me jodan! Alcanzame los condones.» Marilí tomó uno de los sobrecitos y lo abrió. Juliana, quién, junto a Marilí había terminado de chupar todo lo que salía de la concha de Erika, se inclinó para mamármela con el fin de empalarme. Cuando lo logró, Marilí se agachó para colocarme el condón. Juliana, toda una experta en condones, le daba las indicaciones a Marilí. «¡No, no, así no! ¡Con la boca, nena! ¡Es más divertido!» Marilí la miró intrigada. «Así ¿ves?» Juli se puso el arito en la boca y se acercó al glande. Me tomó del tronco y colocó el arito contra la cabezota, empujándolo hacia el tronco. Presionó con la boca cubriendo el glande. «¿Ves? Seguí vos desenrollándolo poquito a poco. Dale.» Le indicó a Marilí como tenía que hacer. Marilína me tomó la pija, ubicó el glande con el condón entre los labios y fue introduciendo la pija en la boca, muy despacito. «¡Así, así! ¡Muy bien!» Juli la alentaba. Marilí sonreía. Ya había llegado con el glande a la garganta. «¿Y ahora? ¡No puedo más!» «¡Lo que queda hacelo con los dedos, nena!» Esta vez, la que dio la indicación fue Erika. «¿Viste que hacerlo con la boca es mejor?» Juli confirmaba su “consejo”. «Sin duda. ¡Me gustó!» «¡Tenés diez condones más para practicar! ¡Jajaja!» «¡Eh! ¡Diez más! ¡Me van a dejar reseco!» «¡Jajaja! ¡Vas a quedar tan tirado que no podrás irte!» Esa fue Marilí, mientras se instalaba como perrito en el borde de la cama. «¡Abrite los cachetes!» «¡Por el culo no! ¡La quiero en la ...

... concha!» «¡Si! ¡Ya sé! ¡Es para besarte el culito!» «¡Aaaah! ¡Bueno! ¡De cualquier manera estoy tan mojada que entraría sin problemas!» ¡Jajaja! Nos reímos todos. Juliana, solícita, me agarró la pija y la puso en la vulva de Marilí. Empujé despacio hacia el fondo. Juli la tenía hasta la llegada de los huevos al cuerpo de la nena. Juli se agachó tras de mí para chuparme el escroto. Tomé a Marilí de las caderas y comencé a bombear. Rápidamente Marilí me acompaño en el ritmo…, atrás, adelante, atrás…, gimiendo al ritmo de la penetración. Erika, como en la oportunidad anterior, cuando me cogí a Juli por el culo, se acostó boca arriba, con las piernas abiertas a la altura de la cabeza de Marilí.  Esta la lamía y chupaba al ritmo de mi bombeo. Cuando me agaché para besarle la espalda, vi como Juliana había estirado un brazo y acariciaba el clítoris de Marilí. Demasiado rápidamente acabamos los dos. Me sorprendí, por no ser yo muy afecto al condón. «¡Qué divino! ¡Siento como la pija tiembla dentro mío!» ¡La calentura era inflexible! Me quedé adentro mientras Marilí seguía apretando. Cuando la sentí floja la saqué y me erguí. Juli me sacó el condón. Erika giró, alrededor de la cama, para lamerme, en “trabajo de limpieza”. Vi, de reojo, mientras besaba el precioso culo de Marilí, como Juli se puso el aro del condón entre sus labios. Lo alzó mirando al techo para que el semen, espeso y abundante, bajara por el látex hasta su boca. Lo apretó con los dedos hasta hacer escurrir todo. Tragó ...