LAS PAMPAS CHATAS-final
Fecha: 02/04/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... sus chupadas. ¡Era un cuadro maravilloso, casi de la mitología hindú! Todo fue bárbaro. Entre chupadas, lamidas, besos, y mis enérgicos bombazos, como últimamente le gustaba a Marilí…, en diez o quince minutos, vinieron los múltiples orgasmos. ¡No sé cómo la cama no se rompió de tantas sacudidas!
“Nos relajamos…, o eso pensé…, con la ilusión de que me dejaran tranquilo algunos minutos… Me acosté a todo lo largo de la cama. A mi lado se instaló Marilí, con la cabeza sobre mi hombro. Estaba diciendo: “¡éste es mi hombre!” Pasé mi brazo derecho bajo su cuerpo. La mano acariciaba a “mi nena” desde su teta derecha hasta la cadera. Marilí acariciaba suavemente mis genitales. ¡No podía dejar de hacerlo! ¡Siempre el sexo estaba presente! Sin duda, lo más querido por todos los humanos. Juliana se acostó a mi izquierda, pero, como siempre, presentando hacia mí sus piernas, para ponerme sus pies en la boca. O, mejor dicho, yo ponía mi boca en sus pies, perfectamente hermosos. Todo esto me permitía, como ambos queríamos, que mis dedos penetraran perfectamente en su concha, tres dedos en la vulva y el pulgar en el ano. Ambos seguíamos gozando. Sin verla, y no sé cómo, Erika estaba atravesada bajo mi cabeza, como si fuera la almohada, mi nuca apoyada sobre su ingle. Sus manos acariciaban mis cabellos y también el rostro y los cabellos de Marilí. ¡El paraíso para cuatro amantes! Luego de algunos minutos donde nadie se movía, por lo menos no abruptamente, sentí como Marilí comenzó a ...
... masturbarme. Evidentemente quería que la sesión de cogida continuara. Al momento, no mucho después, como Juli estaba con su cabeza cerca de mi entrepierna, se colocó para que la pajeada de Marilí llevara el glande hasta su boca. Sentí como sus labios me aprisionaban y la lengua acariciaba el orificio de la uretra. Probablemente Erika miraba hacia mis piernas. Me levantó la cabeza y salió de bajo mi cuerpo. Vi cómo se paró con los pies contra mis hombros, sobre la cama, mirando hacia la cabecera, hacia la pared. Seguramente se tomó de los hierros de la cabecera y se agachó hacia mi cara. En un momento quedé “ciego”, tapado por su entrepierna, para gozar del placer de chupar, besar, lamer o morder, toda la belleza de la conchita y todo lo que la rodea, sobre todo esos saboreables labios mayores. ¡Una exquisitez! Fue cuando Marilí se irguió, dado que ya estaba empalado, me montó y se la clavó. «¡Chicas, preparen las boquitas! ¡Dani no va acabar adentro!» ¡Marilí resolvió por su cuenta que hacer con mi semen! En verdad, yo no tenía ningún problema. Juliana acomodó para lamer testículos, pija y el culo de Marilí, mientras cabalgaba despacito, para que su amiga se diera el gusto. Yo seguí entretenido con la concha y adyacencias de Erika, culo incluido. ¡Todo era placer!
“Marilí tuvo su orgasmo, como siempre, a chorros. Bastante antes de que yo estuviera a punto, la levanté para sacarla y dejar que las nenas pudieran mamar tranquilas, sabiendo que les eyacularía en la boca. Me apoyé en ...