LAS PAMPAS CHATAS-final - Relatos Eróticos

LAS PAMPAS CHATAS-final

... empiece a bombear?» «Si, dale, despacito, así siento como te deslizás dentro mío… ¡Así, así, mi amor! ¡Qué rico!» Erika estaba a los gritos. «¿Paro?» «¡NONONO! ¡Dale bien fuerte! ¡Me gusta! ¡Estoy gozando como nunca!» Con una mano llegué al clítoris y lo acaricié. El bombeo es excitante. El ¡plaf plaf plaf! sonaba como aplausos. ¡Realmente esta cogida a Erika merecía aplausos! Me encanta coger a Erika. Es otra cosa, algo sublimemente erótico. Tal vez la presencia virtual de Micaela. «Tesoro, ahora nos tiramos.» Sin sacarla, bien en el fondo, nos acostamos a lo cucharita. Le agarré las tetas. Ella giró la cabeza y nos besamos lengua a lengua. Seguí acariciando, lamiendo y besando las orejas, el cuello, la espalda, todo lo que tenía a mi alcance, incluso la axila derecha, disfrutando de su aroma y humedad, mientras seguía bombeando. Erika gemía y acababa, orgasmo tras orgasmo. Le dije al oído: “mi vida, sos el bombón más delicioso que me comí jamás. ¡Cómo me gustás!” «Si papito, a mi también. ¡Quiero volver a coger con vos!» «¡Claro! ¡Si! Nos veremos.» Marilí se había acostado a nuestro lado, con la cabeza entre las piernas de Erika, chupando todo lo que salía de su concha y lamiendo el clítoris de la nena. También pasaba la lengua por mi escroto. Juliana está atrás, lamiéndome el culo. «¡Tesoro! ¡Estoy llegando! ¿Querés que te acabe en la colita o en la boca?» «En la cola. Luego te la mamo para tragar la lechita.» «Como quieras amorcito. ¡Ssiii! ¡Ahí vaaaa!» Me sacudí con ...

... todo y le dejé cuatro o cinco chorros en el fondo del recto. Erika no dejaba de gemir de placer y tuvo otro orgasmo. «¡Dios! ¡Qué lindo sentir la lechita adentro!» En cuanto la llené, nos quedamos quietos y esperé a que se me aflojara. La fui sacando lentamente. En cuanto la pija estuvo afuera, Marilí puso la boca en el hoyo de Erika y sorbió todo el semen posible. Erika quedó perfectamente limpia. Se arrastró sobre la cama y besó apasionadamente a Marilí, quien le transfirió el semen, saboreándolo ambas. Yo miraba a Erika, hermosamente acostada a lo largo de Marilí. ¡Cómo tener a Micaela a mi lado! Juliana mientras tanto, lamía la pija. Cuando la dejó limpia y brillante, Juli se acostó, levantó bien las piernas y se tomó de las pantorrillas apretándolas contra su cuerpo. Marilí se acomodó para otra sesión de condón… Bueno… eso creía yo… «Dámela por la cola. Te estoy extrañando.» La cogida con Erika la inspiró. Se colocó a lo perrito, con el culo bien alto y la cabeza entre las piernas de Juli. Su boca hacía milagros. Juli no tardó de estremecerse…, y al minuto tuvo su orgasmo. Seguramente había quedado muy caliente al verme coger a Erika. Ahora el que estaba disponible era el culazo de Marilí. No había problemas para la penetración. La “horma” de los últimos cuatro días había funcionado muy bien. Directamente me monté sobre sus ancas a lo “jinete solitario” y empecé mi cabalgata dentro de su maravilloso hoyo. Erika no perdió tiempo. Se sentó sobre la cara de Juliana a gozar de ...