Solo una vez
Fecha: 23/07/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
Les aviso a los lectores que si piensan que leerán un relato perverso, sucio, de trampas e infidelidades, lujuria y pecados, bien, simplemente este no, mi relato tendrá sexo, pero sexo con amor.
Porque el sexo es bueno, pero si se practica con la persona que uno ama entonces es divino, porque uno desnuda el alma, y entrega todo lo que tiene, y cuando alguien prioriza el placer de la pareja por sobre el de uno mismo, y cuando siente que ese deseo ese sentimiento es recíproco la unión se hace perfecta, es el momento en que dos almas se juntan para formar una sola.
Estoy por cumplir treinta años de casado con Patricia, Pato para los amigos, nos conocimos demasiado jóvenes, recuerdo que ella entró por mis ojos, sus claros pantalones ajustados dibujaban su trasero a la perfección, era una manzana divina, y cuando volteó para verme naufragué en el azul limpio y cristalino de sus grandes ojos, una sonrisa fue la respuesta a mis palabras halagando su belleza.
Alta, esbelta, de perfecta y armoniosa figura, para que se den una idea había rechazado en dos ocasiones propuestas serias para comenzar carrera de modelo.
Con el tiempo, descubriría que Pato no era solo un rostro bonito, porque la belleza se la lleva el tiempo y solo queda lo que nosotros mismos forjamos.
Ella se transformó la persona con la que compartí mis éxitos y en quien me apoyé en mis fracasos, ella fue la brújula de mi corazón durante mis años de pareja, ella me dio lo que más quiero, mis cuatro ...
... hijos.
Y gran parte de lo bien que nos llevamos es culpa de lo que sucede en nuestra intimidad, ella es franca, abierta, y hace más de lo que merezco que haga, todo por amor.
Juntos aprendimos a disfrutar del sexo anal, a potenciarlo como una experiencia, a usarlo a favor, como un postre especial, algo que no se come todos los días, pero sabiendo que cuando llega el momento uno se toma varios minutos, solo para saborearlo.
Recuerdo que durante nuestro noviazgo solo practicábamos oral y sexo tradicional, ella se hizo rogar y me había prometido que sería su regalo de noche de bodas, y así cumplió, después de la ceremonia, de la reunión familiar, del baile, los amigos, en esas horas de hotel, antes de emprender nuestra luna de miel, ella me regaló la virginidad de su cola.
En casi treinta años lo hicimos incontables cantidad de veces, pero una recuerdo en especial, una que nunca olvidaré, la primera y la única vez en que ella me regaló un orgasmo mientras poseía su trasero…
Trabajaba en una importante empresa y estaba muy de moda tomar extensos cursos de capacitación, por lo que cada cuatro o cinco meses me enviaban a Capital Federal. Pato y yo sufríamos mucho estas cortas despedidas, porque aunque fuera un mes, una semana o tan solo un día nos parecía mucho tiempo, siempre la dejaba angustiada y con lágrimas en los ojos, odiaba quedarse sola.
Y ya estando en Capital con mis compañeros casuales todo me resultaba muy loco, en general ellos aprovechaban estos días de ...