1. Déjame ser yo


    Fecha: 26/07/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: wastedLalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... insistía cada tarde en venir a pedirle su permiso para acompañarla a su residencia, Melissa comenzó a sentirse halagada e interesada en aquel joven, hasta el extremo que retrasaba su salida de las clases hasta que lo veía aparecer sofocado de tanto correr y quedarse dando vueltas en la cera de enfrente, angustiado por si el objeto de sus sueños ya se había marchado. Entonces Melissa bajaba la larga escalinata del que daba al jardín del campus con aire altivo, mirando al frente pero sin dejar de controlar los movimientos del joven por el rabillo del ojo. Melissa escondía una sonrisa de satisfacción cuando veía que el apocado pero guapo muchacho avanzaba hacia ella con la angustia reflejada en su rostro dispuesto de nuevo a pedirle permiso para acompañarla. Cuando Gamaliel se hallaba al borde de la desesperación, al cabo de un mes de intentarlo, Melissa accedió. En un principio la relación se limitó a que él la acompañara, a su lado, sin dirigirse una sola palabra. Después Melissa le dedicó una sonrisa en el momento de despedirse lo que produjo en Sam el efecto de una victoria extraordinaria. Con el recuerdo de esa deliciosa sonrisa y de alguna palabra que Melissa iba añadiendo a medida que pasaban los días, Gama se marchaba cada día a la cama con el corazón henchido de felicidad y cada día veía más cerca el momento en que podría decirle cuánto la amaba. Y ese día llegó. No fue fruto de un día sino la consecuencia de la suma de un día tras otro en que cada vez Samuel fue ...
    ... ganando confianza en sí mismo, porque Melissa se lo permitía pues todo hay que decirlo, pero al final Gamaliel logró expresar sus sentimientos con todas sus letras: amaba a Melissa con toda la fuerza de su ser. Se lo dijo después de reunir valor suficiente, con una buena dosis de brandy, al amparo de las primeras flores que la recien estrenada primavera había traído a los elegantes jardines que rodeaban la residencia para señoritas donde se alojaba Melissa y donde, desde hacía ya una semana, demoraban su despedida con torpes frases él y con risitas coquetas ella. Melissa se alegró de que por fin el tímido muchacho diera el paso y ella le obsequió de la mejor manera posible: con un beso largo, intenso, lleno de pasión y ternura a la vez. A partir de ese día Gama la acompañó cada día. Iba a su lado, le llevaba galantemente los libros y hasta se permitía cogerla de la mano disimuladamente. Se besaban al despedirse y comenzaron a besarse al encontrarse. Melissa fue abriendo poco a poco su corazón a aquel muchacho tierno y tímido que le profesaba verdadera devoción. Melissa se sorprendió al comprobar que si algún día Gamaliel no podía ir a buscarla sentía un enorme vacío en su corazón y una fuerte presión en su pecho que la entristecía. Cuando volvía a verlo su corazón se hinchaba de emoción y alegría y no quería separarse de él. Melissa se dio cuenta de que estaba perdidamente enamorada del bueno de Gama El último curso llegó a su fin. Melissa iba a emprender el regreso a su casa, a la ...
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