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Primo Bully, parte 2
Fecha: 25/04/2022, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Lolito41, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... decir que me quedé al final justo para darle la ocasión. Y bien lo sabía; me imagino que él pensaba que estaba “aprovechando” que me había quedado al final cuando en realidad estaba cayendo redondito en mi trampa, para efectuar el segundo asalto de las vacaciones. - Vamos abajo. -dijo, y se paró justo en el marco de la puerta, dejando espacio para que yo pasara primero. Sin decir palabra caminé hacia la puerta, con valor porque sabía que ahí haría su lance. No tenía idea de qué o cómo sería, pero sabía que no me dejaría salir sin hacerme algo. Cuando crucé el umbral de la puerta, pasando junto a él, alargó su brazo derecho y me pescó fuertemente de la nalga izquierda, encajando sus dedos profundamente en mi raya. Yo reaccioné con enojo, en apariencia, claro: - ¿Qué te pasa pendejo? Le dije casi gritando, tratando de liberarme, pero era mucho más fuerte que yo, y más pesado y más alto. Para ese momento ya había avanzado, me tenía bien agarrado de ambas nalgas con sus dos manos y me tenía atrapado contra el marco de la puerta. - Más respeto cuando te dirijas a tus mayores, pinche putito. - ¿Cuáles mayores pendejo? Tú no eres mi mayor. Y por toda respuesta me apretó durísimo las nalgas, abriéndolas, metiendo más sus dedos en mi raya, tocando mi culo, y me aplastó contra el marco de la puerta. Era muy violento, claro, pero también era sumamente excitante y cachondo ver cómo se ponía super caliente, y a mí, esa sensación de ser yo, como la película, ...
... “ese oscuro objeto de su deseo”, me ponía muy, muy cachondo y caliente. No podía moverme. Sentía su cuerpo transpirar, su pecho hincharse contra el mío al respirar. Yo lo había tomado de los brazos en un intento por soltarme, pero fue inútil. Su rostro estaba muy cerca del mío, hasta podía olfatear su aliento y su sudor, y había otro aroma, muy fuerte, que me era desconocido, pero que me estaba...¿gustando? No sé, pero era embriagador. No era sudor, era un olor que subía, que venía de abajo de su cintura, que comencé a respirar con profundas inhalaciones y que me estaba encantando. Se había creado un compás de espera, uno de esos momentos de silencio, que parecen eternos, en los que las sensaciones se amplifican entre suaves forcejeos, jadeos y pujidos. Toño me miraba con un gesto retador, desafiándome a hacer algo, jadeando un poco y con unos hilillos de sudor bajando por sus sienes. - A ver si te puedes soltar pinche putito, a ver si eres tan hombrecito. Y yo no alcanzaba a reaccionar, porque en un nivel no muy consciente -pero que tenía el control en ese momento-, estaba a gusto, de varias maneras estaba disfrutando aquello. Toño escupía al hablar y su saliva caía en mis labios, y de repente me sorprendí a mí mismo, porque lejos de darme asco y tratar de limpiarme, saqué mi lengua para relamerme los labios y recoger su saliva. Y también me di cuenta de que ya no forcejeaba para soltarme. Más bien estaba acariciando sus brazos, discretamente, sintiendo sus ...