1. Noche de insomnio


    Fecha: 26/07/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: nostradamus, Fuente: CuentoRelatos

    ... erecto, y lo acarició suavemente, haciendo algo de presión sobre mí bálano.
    
    —Hahn que rico —dijo, tratando de bajarme el cierre. Puse mi mano sobre la de él y le apreté acariciante. La sesión de besos no se detenía, mientras él lograba liberar mi pene que saltó extendidamente.
    
    Su camisa entreabierta deja ver unos desarrollados pectorales, a los cuales accedí con mis labios, besando y mordisqueando tibiamente. Sus tetillas se endurecían ardientes, y me decidí a explorar su paquete que me rosaba ardoroso. Era algo espectacular, nunca lo hubiera imaginado. Lo tomé con mi mano y acariciándolo comencé a masturbarlo lentamente.
    
    —Vamos a la cama… —me dijo; sellando mi sí con un beso…
    
    Nos quitamos la ropa avivadamente y nos arrojamos a la cama en una de las aventuras más hermosas que había vivido. Estaba amando a aquel hombre que apenas conocía, pero era tal nuestro deseo que no hubo miramiento. Ambos nos entregamos apasionadamente, iniciando una larga noche de amor y fogosidad, donde no dejamos nada por probar… era y fue una noche esplendida.
    
    (…)
    
    Ricardo y yo no somos homosexuales, en el término más escueto de la palabra somos bisexuales.
    
    El−lo supe por él posteriormente− tiene novia con vista al matrimonio, y yo, tengo a mi Alicia con quien mantengo una relación igualmente con fines matrimoniales.
    
    ¿Complicado?, pues parece que para Ricardo y para mí no lo será.
    
    Les platico por qué.
    
    Después de aquella noche se sumaron una y muchas más, y tuvimos la ...
    ... dicha de poder sabernos independientes, pero dependientes el uno del otro. Nos juramos amor para toda la vida, aunque ambos teníamos un compromiso de amor por cumplir.
    
    Aquella noche de insomnio era−para ambos− la primera experiencia dentro de un amor de pareja de igual sexo, es decir, y aún a riesgo de sonar risible, éramos vírgenes. Por primera vez nuestros esfínteres se habían dilatado para permitir la entrada de un miembro viril en nuestro ano. Fue difícil y doloroso, pero ese placer no lo cambiamos−Ricardo y yo− por nada, es realmente maravilloso.
    
    Nosotros no registramos signo de afeminamiento de ninguna naturaleza, nuestra voz y modales son absolutamente varoniles, pero cuando estamos juntos, jugueteando íntimamente, nuestras voces se hacen tiernas y acariciantes; ambos sabemos el amor y el placer que nos prodigamos, lo cual nos llena de felicidad y rebozamos de ella cuando estamos junto; aunque sea departiendo en algún lugar a para tomarnos un café o un refrigerio.
    
    Ante Sofía, la novia de Ricardo y mi novia Alicia, somos unos amigos como cualquier otro de nuestros amigos comunes, aunque realmente somos una pareja de amantes.
    
    Ricardo se casa primero. Su matrimonio con Sofía es una hermosa boda íntima con un pequeño grupo de invitados. Ricardo tiene por su profesión−dueño del bar restaurante− muchos amigos, pero limita la ceremonia y celebración a los más allegados. Están presentes los padres de ambos, algunos familiares; amigos del novio y de la novia, y yo, ...
«1234...»