1. Los limoneros III


    Fecha: 27/07/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... bote pronto, y sin estar empalmados su verga seguía siendo el doble que la mía, pero él me la miraba y sonreía, un pequeño manojo de pelos en mi base, él lleno de vellos por todas partes. Me encogí un poco esperando alguna reacción de él. -Eres precioso Cristian, me gustas, me encanta todo lo tuyo, todo lo que veo es increíble. -sí, sí, sí, era lo que deseaba que sintiera y abracé ese enorme y peludo oso, bestial y sensiblemente amoroso. Era como verme envuelto en una suave y cálida manta donde me tocaba. Me elevó para besarme los labios y rodeé la cintura con mis piernas para hacérselo más cómodo, con mi pollita enredada en los pelos de su abdomen, me besaba y me besaba como si mis labios fuera una fuente de donde podía beber sin saciar la sed. Me llevó a la ama y me soltó para descubrirla, y sobre las sábanas continuábamos nuestros besos, yo enroscándome en él, buscando sentirle en un masaje corporal que ya me tenía loco, con la verga dura frotándola contra la, para mi, enorme que el portaba. -Espera, quiero hacer algo que nunca he hecho. -se escurrió hasta tener la cara cerca de mi entrepierna, acerco la boca para besármela, ¡aww! pensé que me correría en su cara, llenándole la barba de leche, me hacía caricias y cosquillas con la barba. Con dos dedos bajó el prepucio dejando el rojo y baboso glande al aire, le pasó la lengua haciéndome gritar y se lo metió a la boca, toda la verga y los huevos, para mi no hubiera sido extraordinario, pero él tenía la boca llena y, ...
    ... realmente, no sabía mamar aunque a mi me volvía loco. -¡Ahh! Raúl, déjame a mi, para un momento. -y se cambiaron los papeles, el olor olvidado de su verga me llenó volviendo a mi como una marea y su sabor excelso me embriagaba, más que el vino de la cena, chupaba goloso el glande caliente y gordo y luego la introducía hasta quedar con la barbilla y la nariz pegado a su pubis, haciéndole recordar a él cuando se lo hacia de jóvenes. Le escuchaba gemir, moviendo inquieto las caderas y sin obligarme para nada, dejándome la iniciativa a mi y no hubiera dejado de mamarla si él no me hubiera apartado. -Cristian, vas a lograr que me corra. -No importa. -Quiero que tu goces, que no sea como antes. No he estado con un chico desde entonces y tengo miedo de dañarte. Monté sobre él, sobre su abdomen marcado y lleno de pelos y despacio descendía metiendo su verga en mi cuerpo, mirándole fijo a los ojos y viendo como disfrutaba el momento, ya lo tenía todo dentro, ocupando todo mi cavidad anal, mi culo la reconocía, aún mantenía en él su recuerdo, como cuando lo marcó como suyo. Lo cabalgué con suavidad haciéndole sentir la tibieza de mi recto la estrechez de mi ano forzándolo a apresar su polla entre las paredes, practicando un fuerte masaje a su pene. -Me voy Cristian, no lo puedo soportar. -temblaba debajo de mi cuerpo y alzaba las caderas para llegarme más hondo. -Córrete ya mi vida, estoy esperando por ti. -me incliné uniendo nuestros pechos, y buscando su boca para besarle, dejando que el ...