1. Mi padre


    Fecha: 25/07/2017, Categorías: Masturbación Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos

    ... Llovía intensamente y no sé por qué, pero recordé la cita con Carmen y decidí ir a verla. Aun en las condiciones del tiempo, tan poco motivantes. Nuestro jacal estaba lo suficiente retirado como para desanimar a cualquiera, pasé a casa de Agustín, para que me acompañase. Las luces de su jacal estaban apagadas y decidí irme de paso. Después de un buen trecho, a punto de resbalar y caer de nalgas, estuve a punto de desistir en ir a mi jacal. Pensé que ya estaba cerca y bajo esas condiciones de lluvia lo mejor sería dormir en mi jacal, al lado de mi madre. Aquella idea me animó, de toda suerte, tendría oportunidad de meter mi mano en las verijas de mi madre. Apuré mi paso faltaban tan solo un par de minutos para llegar. La luz del jacal aún estaba encendida, mi madre había puesto la tranca, contrario a su costumbre. Toqué y por uno de los muchos agujeros, la vi dirigirse a la puerta para abrir. Pensé seguramente se sorprenderá verme vestido igual que mi padre. Abrió y me dio la espalda.
    
    —ha, eres tu —lo dijo sin emoción.
    
    Iba a quitarme el impermeable y el sombrero que de alguna forma cubrían mi rostro. Cuando con sorpresa, la vi caminar hacia su catre, quitándose la ropa y arrojándola al piso. Blusa y falda reposaban en el piso, y Carmen desnuda mostrándome sus portentosas nalgas. Nunca se había desnudado de esa forma frente a mí. ¡Oh no! ¿será posible? Ella creía que yo era Zacarías.
    
    —Te vas a acostar o no. Si no tenías ganas no tenías por qué venir. No contesté solo ...
    ... hice lo que mi padre acostumbraba, con mi mano enguantada le indiqué que apagará la luz— por lo visto nunca terminaran tus manías —y apagó la luz.
    
    Carmen me había confundido con mi padre no cabía duda. Me desnudé tan rápido como pude. Y me reuní a su lado, ella también deseaba todo aquello, me recibió con un beso delicioso, tan rico, que jamás he sentido un beso tan sabroso como ese beso que me dio mi madre. Despertó mi excitación al instante y la besé con todo el fuego de mi pasión.
    
    —juum ¿qué te pasa ahora porque tan efusivo?
    
    No le contesté, callé su boca con mis besos, en ese instante, solo quería hartarme de sus caricias, besar y tocar todos los rincones de su cuerpo. ¡viva… y despierta! Mis manos ávidas atraparon sus tetas, y las sobaba con toda ternura. Como explicar el golpe de sensaciones, en cada parte de mi cuerpo. Mi corazón saltaba locamente dentro de mi pecho, mi cerebro estallaba de dicha y mi vara extendida y dura pegada a su cuerpo. Varios minutos ocupe, ya besando su boca, ya sobando y chupando sus senos, ya hurgando enloquecido en su empapada panocha.
    
    —Ya móntate, te necesito. Métemela toda.
    
    Su voz excitada era más que una súplica, una demanda ansiosa, como bella melodía que acarició mis oídos. Me instalé en medio de sus piernas e hice a un lado su tupido arbusto, broquel expugnable de su intimidad. Apunté mi daga y con ella separé sus escurridizos pliegues. Carmen estiró su cuerpo al sentir como mi virilidad tomaba sitio en sus entrañas. Que ...
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