Mi padre
Fecha: 25/07/2017,
Categorías:
Masturbación
Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos
... que le habían servido, miró alrededor y de pronto posó su vista en la mesa de Zenón. Al verlo vestido igual que él. Supo lo que había ocurrido. Tomó la copa y salió sin decir palabra, y sin mirar a ningún sitio. Su rostro al frente sin denotar emoción.
Días después Naty informaba a Zenón que un poderoso personaje del pueblo había ofrecido una cantidad enorme al cantinero por copular con ella. Ella, obviamente se había negado, pero el cantinero le dijo que si quería ahorrarse problemas lo hiciera. Y de voluntad sería mucho mejor, porque si se hacía de las atenciones de aquel, su futuro estaría asegurado. Zenón fue de inmediato a ver a Don Gonzalo su patrón. Este estaba más informado que el mismo Zenón.
—ya lo sé muchacho y se, de quien se trata.
—por un instante pensé que se trataba de usted don Gonzalo.
—no hijo, yo ya estoy viejo para esas cosas. Ha pasado tanto tiempo, que ya no recuerdo ni a que huelen las verijas.
—¿de quién se trata entonces?
-—de Zacarías. Y te aconsejo hijo, no te metas con él, es implacable. Nadie que se ha metido con él, ha salido con vida. Por tu bien hijo, renuncia a esa muchacha, busca otra.
—no soy cobarde no le tengo miedo.
—no se trata de valentía. Zacarías es el tipo más astuto y peligroso al que puedas enfrentar. Además, es…
—mi padre, ya lo sé y no me hace gracia.
—si crees tener ventaja por esa razón de una vez te digo que no, no le importará en lo mínimo, te estimo Zenón, por eso te digo esto. Si lo ...
... desafías date por muerto.
Zenón salió lleno de desconsuelo de la visita a su patrón. Pero no resignado. Huir con Naty era una acción cobarde, pero parecía su única alternativa. Pidió a Agustín que lo ayudase sin medir el peligro al que lo exponía. Esa noche ayudados por una bailarina compañera de Natalia, Zenón huyo con ella bajo el amparo de la noche. Días después, la bailarina que ayudó en la fuga fue encontrada muerta en el fondo de una barranca. Nadie dijo nada, todos sabían quién había sido, pero nadie diría media palabra. A Zenón en el pueblo, todos lo daban por muerto. Agustín, había quedado a cargo de las labores de Zenón. Después de un arduo día de trabajo Agustín volvía a su casa, debía cruzar un trecho largo, descampado y solitario. Acostumbrado a caminar entre las sombras, de pronto vio un hermoso caballo blanco que le cortó el paso.
—hola Agustín.
—hola, ¿pasa algo?
—no sé, eso lo tendrás que decir tú.
—la verdad yo no tengo nada que decirle.
—sabes Agustín tienes algo que yo aprecio mucho. Se llama lealtad, pero si en algo aprecias tu vida dime ¿dónde está Zenón?
—no lo sé Zacarías, no me dijo donde iría.
—te creo.
—¿puedo irme?
—Claro que sí. Eres un buen hombre Agustín.
Agustín reinició su camino sin que oyera las pisadas del caballo. Llevaría a lo sumo veinte pasos cuando, una gruesa soga cayó sobre su cuello. El infortunado muchacho, no tuvo oportunidad. La soga se estrechó rauda en su cuello. Y fue arrastrado unos metros, hasta ...