1. La luna de Hokkaido


    Fecha: 29/07/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... quedaron dormidos. A alguna hora de la noche, Kenji se despertó. Ver a Minoru durmiendo a su lado le sacó una sonrisa. Se incorporó para ir al baño. Qué raro sentía su culito!, caminó despacio para apreciar esa sensación de apertura, de cremosidad en cada movimiento, era raro tener el culo roto. Volvió enseguida a la tibieza del futón, la noche estaba muy fría, donde su amor seguía durmiendo plácidamente. Su mano, curiosa, fue al encuentro de la pija de Minoru, la recorrió despacio con la yema de sus dedos, la rodeó, la acarició, recordó las sensaciones que esa pija había sembrado en su culito y le dieron ganas de volver a tenerla dentro. Comenzó a pajearla despacito, disfrutando de cada detalle de la erección que estaba provocando, Minoru gimió, Kenji se asustó, retiró su mano, qué pensaría Minoru de él? Su amor seguía durmiendo, sería mejor imitarlo. El fuerte reflejo del sol sobre la nieve lo despertó. A través de la puerta abierta del cuarto pudo ver a Minoru, vestido con una yukata negra, canturreando en la cocina, desde donde llegaba el olor a la sopa de miso y al te verde. Al pie del futón vio una yukata roja, prolijamente doblada. Se la puso, y sintiendo al caminar el culito aún abierto fue al encuentro de Minoru. Lo abrazó por detrás. Minoru se dio vuelta, así parados la cabeza de Kenji llegaba a su pecho, y luego de un suave beso lo saludó con un "ohaio gozaimasu Yukiko chan", Yukiko?, eso era un nombre de mujer!, y muy significativo: niña de la felicidad!, niña de ...
    ... la alegría! Acaso Minoru había leído su corazón? Kenji pasó al olvido, aceptó con emoción su nuevo nombre. De ahora en más, para su Minoru san, ella sería Yukiko chan. No dijo nada, pero el fuerte abrazo y las lágrimas fueron más que suficiente para que Minoru entendiera. Le levantó la carita y lo besó, y lo volvió a besar, y lo volvió a besar, y cada beso animaba un poco más su pija. Desanudó la yukata, tomó a Yukiko de las nalgas y lo levantó. El sólo sentir la suavidad de las nalgas de Yukiko en sus manos fue suficiente para que su pija se pusiera a mil. Yukiko se colgó de su cuello y rodeó su cintura con sus piernas. En esa posición la llevó a la mesa de la cocina y la depositó suavemente, con su culito al borde de la mesa y sus piernas arriba. Miró en derredor y encontró la botella de aceite, le metió un dedito aceitado en el ojetito y luego se untó con ese aceite de cocina su pija dura y sedienta de la carne de su nena. Yukiko levantó la cabeza y pudo ver cómo el glande de su Minoru se perdía dentro de su cuerpo. Dolía, si, pero mucho menos. Además, no era lo mismo sentir que VER y sentir, no era sólo esa deliciosa sensación que nacía de su esfinter devenido en vagina sino ver la pija de su amado entrando en él, era muy intenso, tan intenso que su pene que nunca había dado señales de vida, comenzó a levantarse. Yukiko-Kenji hacía meses que no se masturbaba, ya creía que su pene era simplemente esa cosa para hacer pis; en el último año solamente había expulsado algo de ...
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