1. Sexo en la vieja hidroeléctrica -5 bis- Una semana más tarde


    Fecha: 31/07/2018, Categorías: Otras Categorías, Autor: superrapado, Fuente: CuentoRelatos

    ... dulce.
    
    El policía con ganas de vapulearle.
    
    -Tengo una respuesta, herr subordinado del ayuntamiento: porque el enterrador era primo del padre.
    
    -Eso significaría que el padre planeó la ejecución, que no fue un arrebato -asegura el administrativo desafiante.
    
    De pronto, el agente parece abstraído de la tensión que vive con el hombre que le acompaña. Por su mente cruzan posibilidades abiertas con la hipótesis del empleado municipal.
    
    -Si el cuerpo de Cipriano se oculta bajo los restos de Teresita Carmen, su planteamiento sería más que plausible. Tendría que pedir una orden de exhumación. Pero si me equivoco, la cagaré.
    
    El empleado del consistorio examina el entorno.
    
    -¿Puede un hombre solo cargar con el cadáver de otro desde la hidroeléctrica hasta aquí? -pregunta- Hay un kilómetro largo, como usted dijo.
    
    -Si es un hombre fuerte y duro y las circunstancias apremian ¿por qué no?
    
    -Aun así, no creo que un hombre solo pueda saltar la tapia de más de dos metros con un cuerpo a cuestas.
    
    -¿Saltar la tapia?
    
    -Ahora hemos entrado sin problemas porque la cerradura de la verja lleva unos meses rota. Pero si hubiera estado en condiciones hubiéramos tenido que acudir al ayuntamiento a pedir la llave.
    
    O al enterrador si está faenando porque ha habido un deceso.
    
    En el rostro del rural se dibuja la expresión de quien ha visto la salida a un tortuoso laberinto.
    
    -Y el enterrador era primo del padre de Cipriano.
    
    -¿Vive aún ese hombre?
    
    -Vive.
    
    -¿Se le ...
    ... puede interrogar?
    
    -¡Se le puede acojonar!
    
    Es usted una verdadera fuente de inspiración.
    
    ¿Nos vamos?
    
    -¿Y ya está?
    
    -Sí. Ya está.
    
    -¿Que soy, su perrito faldero?
    
    Los dos hombres salen del camposanto con el administrativo sin parar de quejarse.
    
    Llegan al coche patrulla aparcado junto a un arbolado espeso. Un viento inclemente arranca hojas ocres de las ramas
    
    Entran en el auto.
    
    -Así que encuentra secas las pastas de mi santa.
    
    -Ásperas, grosera, burdas... ¿Sigo?
    
    El agente mete la mano en la caja y saca una en forma de gatito. La muerde.
    
    -Le doy la razón. El problema está en que, si no le voy con una opinión favorable, se deprime. Y mi esposa deprimida es peor que el más lacerante dolor de muelas.
    
    -Pues lamento comunicarle que no será fácil que cambie mi opinión.
    
    El agente mira fijamente a su copiloto que trata de engullir el último tramo de la primera pasta sin cejar en su actitud de enfado desafiante.
    
    -Se me ocurre una idea- dice por fin- ¿Le importaría sacarse el sexo?
    
    El administrativo le mira sin terminar de creer lo que ha escuchado.
    
    -¿Qué pretende?
    
    -Un cambio de opinión.
    
    El agente sitúa una de sus manos a la altura de su propia entrepierna, admirablemente destacada frente al volante. El gesto no pasa desapercibido para el administrativo.
    
    Éste deja la caja de las pastas en el salpicadero, y con manos pausadas abre sus pantalones, aparta el calzoncillo y deja al aire un sexo medio hinchado de proporciones acordes con ...
«1234...11»