1. Sexo en la vieja hidroeléctrica -5 bis- Una semana más tarde


    Fecha: 31/07/2018, Categorías: Otras Categorías, Autor: superrapado, Fuente: CuentoRelatos

    ... el agente- No ha contestado a mi pregunta.
    
    El empleado del consistorio habla sin perder de vista las evoluciones del alzado del ataúd:
    
    -¿Qué pregunta?
    
    -¿Se ha entrevistado con su contacto?
    
    -Puede.
    
    -¿Puede?
    
    El humor del agente empeora.
    
    -¿Ha hablado o no ha hablado?
    
    -¡He hablado!
    
    -¿Y qué le dijo?
    
    -Decir, no mucho.
    
    -¿Quiere ser claro?
    
    -Yo... fui donde él y me cité.
    
    -¿Dónde?
    
    -Donde siempre, en la hidroeléctrica. Estaba preocupado y muy afectado. Me dio una gran lástima.
    
    -¿Y a parte de la lástima, le sacó el compromiso de declarar?
    
    -Dijo que no tenía fuerzas.
    
    -¡Qué gilipollez!
    
    -Yo me mostré comprensivo...
    
    -¿Y mostrarse comprensivo sirvió para que cambiara de opinión? -le interrumpe el rural de malos modos.
    
    -Lo discutimos...
    
    -¡¿Con qué resultado?!
    
    -No fui capaz de arrancarle un compromiso, pero...
    
    -¡Mierda!
    
    El agente le da una patada a una piedra que sale disparada y choca contra una cruz de metal clavada en el suelo muy cerca del juez y el auxiliar, que se vuelven asustados hacia el impacto.
    
    -Tiene que volver a intentarlo.
    
    -¿Con qué argumentos?
    
    -¿Se los tengo que explicar? Compórtese con su venalidad habitual con ese campesino rijoso y sáquele la promesa de que declare mientras le saca otras cosas.
    
    -¿Me pide que utilice el sexo...?
    
    -Necesidad obliga.
    
    -No pienso caer tan bajo.
    
    -Ya ha caído todo lo bajo que se puede caer con él. Sólo le pido que se regodee, por nuestro beneficio, en ...
    ... ese lodazal.
    
    -¿Se está oyendo?
    
    -¿Tendré que ser yo, al final, el que se la chupe al puto campesino rijoso para que testifique?
    
    -¿Eso quería, que se la chupase?
    
    -¡Pero si lo ha hecho ni sé las veces, por todos los santos! ¡Chúpesela una vez más?
    
    -Yo no quiero llegar a eso. No quiero utilizar el sexo con fines espurios.
    
    -¡Ahora resulta que su amoralidad contiene una ética. ¡Vaya por dios, y yo sin enterarme!
    
    -¡No es eso!
    
    -Entonces ¿qué es?
    
    En ese momento el féretro asoma elevado por el maquinillo. Lo depositan junto a la fosa. El juez ordena que se abra.
    
    -¿Para qué necesitan abrirlo? -se pregunta el administrativo con cara taciturna a causa de la discusión.
    
    -Por si la finada gozara de compañía.
    
    -¿Un novio roto por el dolor o algo así?
    
    -Romanticismos aparte, puede que escondieran el cuerpo de Cipriano en el féretro.
    
    -No se me ocurre dónde ni cuándo.
    
    -Deje de mascullar inconvenientes. La Justicia tiene que hacer su trabajo.
    
    El agente se acerca al féretro en el momento que deslizan la tapa que lo cubre. Los familiares de la difunta gimotean. El juez, tras dictar unas palabras a su auxiliar, ordena que lo vuelvan a cerrar.
    
    El agente regresa junto al administrativo.
    
    -¿Y bien?
    
    -Teresita Carmen está sola en su descomposición.
    
    -¿Seguirán cavando?
    
    -Lo espero.
    
    -¿Y si no encuentran nada?
    
    -Creía que usted era el animoso y optimista.
    
    -Me siento contagiado.
    
    Los cavadores vuelven a entrar en la fosa y reanudan su ...