Mi nueva sirvienta Dayana (mide 1.55 mt) - Relatos Eróticos

Mi nueva sirvienta Dayana (mide 1.55 mt)

... contenta, llevó también a su hijo.  Fuimos a un centro comercial y le compré varias prendas, que ella me modeló y cada vez me gustaba más Dayana, tenía una cinturita de avispa y luego se ensanchaba sus caderas, y que decir de su trasero redondo, no muy grande pero bonita forma de sus nalgas.  Todo le quedaba bien en la ropa juvenil.  También le compré algo a su niño.  Ella estaba muy agradecida y feliz.

Esa noche me preparó una cena muy deliciosa.  Acostó al niño.  Yo le invité a tomar un vino por su cumpleaños, aunque sería dentro de un par de días.  Ella aceptó contenta, se dio una ducha y me sorprendió poniéndose un vestido de yo le había comprado, era de una pieza, se le pegaba al cuerpo, se había puesto una zapatos abiertos de poco tacón, con tan poco se miraba muy bella.  Se lo dije.  Ella se ruborizó.  Dayana era como se dice "come años", es decir aparentaba menos de los que tiene.  Aparentaba fácil y creíble unos 20.  Charlamos abiertamente, ella se desinhibió y me comenzó a contar lo infeliz que había sido como mujer casada, por el vicio de su esposo.  Yo le ofrecí todo el apoyo y ella me sorprendió dándome un abrazo efusivo, yo la abracé también, nos quedamos así un rato, ella subió su cabeza y sus ojos se posaron en los mios, yo tenía su boca a unos cinco centimetros y no pude evitar darle un beso en su boquita, atrapé sus labios y ella quiso desprenderse, yo no la dejé y ella correspondió.  Nos dimos un delicioso beso, que poco a poco se fue alargando, su ...

... lengua y mi lengua se regocijaron envolviéndose una con otra. -Vamos a mi alcoba?- le dije.   Ella asintió con la cabeza.  La cargué en mis brazos, era pequeñita.  Entre con ella a mi habitación y la deposité en la cama, me acosté a su lado y nos besamos mucho, le besé la nuca, su cuello, hombros, con ese vestido se veía hermosa.  Le bajé los tirantes del vestido y su bra, le deposité una lluvia de besos y engullí sus pezones rosados, ella cerraba los ojos.    -No por favor don Ricardo, esto no esta bien-, me decía Dayana entre suspiros.  Yo ya no estaba para detenerme.  De un seno me pasaba al otro para mamarlo.  Sus tetitas eran suaves y muy blancas, con una piel muy tersa.  Luego me fui a sus piernas y comencé a besarle sus muslos y me fui colocando entre ellos.  Le hice a un lado su braguita, y vi su felpudo sexo.  Lami su chuchita poniéndole empeño a su clítoris, ella se retorcía en la cama.  Se notaba que tenía mucho tiempo de no tener relaciones, -No don Ricardo, no por favor, ayyy dios ayy dios!-, la pequeña gemía mucho, yo le lamía alrededor de su chuchita en círculos e iba cerrándolo hasta llegar a su coñito, luego a lamer todo.  De pronto siento sus manos en mi cabello, me lo jala y grita, ella esta teniendo un rico orgasmo.  Aprovecho para quitarle el vestido, zapatos y su braguita, ella ha quedado desnudita sobre mi cama, yo me quito mis prendas.  Antes que se reponga, le abro sus piernas y me pongo entre ellas, puedo ver una casi imperceptible línea en su vientre, ...