CRECER A TIEMPO 5 - Relatos Eróticos

CRECER A TIEMPO 5

... Clarisa quién respondió.
-No con Aldana. ¿No te acostaste con compañeros?
-No, para nada.
-¿No tenías ganas?
-Sí, claro. Pero como yo me enteraba que chica había cogido con quién, suponía que también se iban a enterar con quién lo había hecho yo. ¡Y eso no me gustó nada!
-¿Cómo te sacabas las ganas? 
-Y… en soledad…, o con mami…, y Clarisa…, o con las dos juntas… Con ellas jugábamos muy lindo…
-¿Dónde? 
-En casa de mami…
-¿Y la tía Laura?
-También…, a veces. Depende quién atendía el kiosco.
Las chicas estaban ansiosas. Nos habíamos sentado en el sofá. Una a cada lado, acariciándole las tetas… aunque ambas seguían vestidas. Ellas habían puesto sus manos sobre mi bulto. Ambas me acariciaron sobre el pantalón. Ya se notaba la humedad del precum. A las nenas les gustaba. 
-En verdad tenés ganas…, o lo hacés porque lo hace tu hermana o la “mami”?
-¡Tengo ganas! ¡Muchas ganas! – Aldana me agarro el bulto con fuerza.
-Parate, tesoro. - Le indiqué a la nena. 
Mientras Clarisa me seguía acariciando, le saqué la blusa a la nena. ¡Dos preciosas tetitas! Dos conos perfectos, con los duros pezones apuntando al cielo. Clarisa metió la mano bajo el elástico del pantalón. Me agarró fuerte y la pajeaba. 
-¡Pará nena! ¡Pará un poquito! ¡No quiero tan rápido!
-¡Jajaja! ¡Tenés miedo que te venga! ¡Jajaja!
Le besé las tetitas a Aldana. Luego fui a su boca. ¡Lengua a lengua! Sabía cómo hacerlo. Seguramente lo aprendió con “mami” y la hermana. Luego le bajé la pollerita y la ...

... tanga. ¡Preciosa! Unos vellos morochitos, como su cabello. ¡Una belleza total!
-Vení, sentate en mi falda. - Yo seguía con el pantalón. 
Esto obligó a Clarisa a sacar la mano. De cualquier manera el bulto lo incrusté entre los glúteos a la nena…, como para que lo pueda ir apreciando… ¡ya qué está tan caliente! Le saqué la ropa a la hermana y besé sus tetas y su boca. El desnudar a las amantes siempre fue un placer para mí.
-Aldana, tesoro, sentate sobre mi cara. - Me tiré hacia el respaldo y la coloqué encima de mí.
Perfecto para besarla y chuparla. Levanté mis caderas y Clarisa lo entendió
perfectamente. Me sacó el pantalón y se arrodilló entre mis piernas metiéndosela en la boca. Genial mamada mientras yo hacía gozar a la nena. No tardó demasiado para su primer orgasmo. Gemidos, grititos, suspiros… 
-¡Ay! ¡Ay! ¡Qué lindoooo! ¡Ay! ¡Cómo me gusta! - Y siguió refregándose en mi cara.
La mamada de Clarisa seguía perfecta, pero yo me la apretaba en la base para evitar la eyaculación.
-Bajá preciosa y dejala a Clarisa. Se acomodó la hermana mayor y Aldana fue a mamar. También lo hacía muy bien. Evidentemente “mami” les había enseñado a ambas. 
El orgasmo de Clarisa no tardó nada. ¡La chupada la había entusiasmado! Era previsible, con lo que le gustaba… 
Cuando Clarisa se levantó me sacaron la remera. Ahora estábamos los tres desnudos.
Le pedí a Aldana que se sentara a horcajadas. Clarisa no perdió tiempo. Inmediatamente guió la pija para que vaya entrando en la conchita de ...