Le fui infiel a mi celoso esposo con el cura del pueblo - Relatos Eróticos

Le fui infiel a mi celoso esposo con el cura del pueblo

... ordenó.  Sus manos amasaban mis senos y luego apretaba mis pezones, por atras desprendió mis sujetador y cayó al suelo, luego se acercó a la mesa y apagó la única vela en la habitación.  Ahora no veía nada.  Luego se acercó lo sabía por su aliento y su calor, me tomó en sus brazos, me llevó cargada hasta su cama, me depositó allí y me quedé quieta, yo solo oía que caía su ropa y cuando hubo un relámpago, pude observar el cuerpo desnudo del padre Jacinto, tenía una larga verga que se acariciaba a cada momento como conservando su erección.  Se acercó por mis pies, me quitó lo zapatos, luego tomó mi braguita y la sacó de mi cuerpo.  Me quedé en cueros en la oscuridad.  Luego sentí que tomaron mi mano y la llevó hasta su miembro viril, me hizo tomarla, era enorme y larguisima, su mano sobre mi mano hizo que lo masturbara, yo le decía -no por favor padre, no!-, pero el no oía nada.  Quito la mano de mi mano y seguí acariciando su verga, en eso el tomó mi cabeza con ambas manos y llevó su pene a mi boca, cerré la boca por inercia, pero el puso su glande en mis labios y entonces abrí la boca y su pedazo enorme de carne me penetró entre mis labios.  -Chupa por favor!- me ordenó.  Yo comencé a mamar lento, apenas me cabía menos de la mitad de su vergota y él empezó a meterla y sacarla lentamente, yo chupaba mientras el la metía y la sacaba, el padre emitió un par de gemidos, le estaba gustando.  Todo seguía a oscuras.  Su verga fue ganando de tamaño y dureza, me llenaba la boca ...

... totalmente, apenas podía usar la lengua para pasarla por su tronco.  Entonces la sacó y girándome en la cama me dejó de espaldas boca abajo, separó mis piernas y sentí su músculo sexual rozar mis nalgas en búsqueda de mi rajita, al encontrarla la penetró, sentí su verga deslizarse entre mi vagina, causándome una alta excitación, estar en lo oscuro con la verga de un sacerdote en tu raja, a oscuras, con lluvia y tempestad, deveras que era emocionante.  El padre jacinto comenzó a pistonear su verga en mi rajita, yo sentía que me llegaba bien profundo, sus movimientos empezaron a ser fuertes y la cama rechinaba con cada empujón que le daba dentro de mi vagina.  No pude evitar empezar a gemir de placer, sus manos se aferraron a mis caderas para empujar con más fuerza, en los minutos siguientes pensé que la cama se caería, porque eran empellones fuertes.  No satisfecho, me puso en cuatro, pero con la cabeza abajo y el culito levantado, el se subió más y semi parado se puso sobre mi trasero y lo volvió a clavar, su verga ya entró más rápido y profundo debido a que mi rajita estaba toda mojadita, estaba bien lubricada para ese momento.  Me dio duro, no pude evitar llegar a un orgasmo fuertísimo, gemí y grité durante todo ese lapso de mi corrida.  El padre me giró de nuevo, ahora se colocó encima de mi y subiendo mis piernas a su pecho me penetró otra vez la rajita.  Sentí como mientras me cogía, metió uno de mis pies a su boca, pude sentir lo caliente de su lengua y comenzó a chuparme los ...