Le fui infiel a mi celoso esposo con el cura del pueblo - Relatos Eróticos

Le fui infiel a mi celoso esposo con el cura del pueblo

... dedos de mi pie, lo ponía dentro de sus labios y le pasaba la lengua por encima y entre mis deditos, era algo inusual para mi, pero muy sensual, me excitó mi pie en su boca, luego le pasó la lengua por todo lo largo y por la planta, su verga no dejaba de martillarme la raja, inevitablemente tuve otro orgasmo casi similar al primero, fue colosal!, grité y le dije -que rico me coge padre, aahhhh!!- y me corrí como una puta en celo.  A los pocos segundos sentí una corriente líquida dentro de mi vagina, el padre estaba eyaculando dentro de mi, su esperma caliente me llenó toda y sentí como algun hilito de semen salía de mi rajita y mojaba las sábanas.  El padre gimió muchas veces y su verga palpitaba dentro de mi.  Por fin acabó.  Yo me quede quieta en la cama.  El se desprendió de mi.  En la oscuridad solo puede oir que tomaba su ropa y probablemente se vestía frente a mi.  Cuando terminó me alcanzó mi ropa interior, luego me alcanzó una playera y un pantalón que me quedaba muy grande, me dijo que me vistiera tomara mi ropa y me fuera a mi casa, que ya la lluvia había amainado.  Lo hice en la oscuridad de la habitación, prendí mi movil, para ver por donde iba y buscar la puerta.  Caminé por la calle sin dar crédito a lo que me había sucedido.  Pensé que era mi imaginación, pero el semen del padre Jacinto que me chorreaba por la entrepierna me volvió a la realidad.  Llegué a la casa, me tomé un vaso de agua, me cambié la ropa totalmente y me metí a la cama, me quedé ...

... dormida.

Los siguientes días pasaron y yo no me atrevía a ir a la iglesia.  Al cuarto día, el padre me mandó a llamar por medio de un feligrez, ya era de noche, no estaba lloviendo.  Fui y me abrió el padre Jacinto.  Me llevó a su habitación, me invitó a sentarme en la mesa, me preguntó como iba la actividad.  Yo apenas pude contestar.  Luego me interrumpió, -te gustó lo de la noche anterior?-, yo no pude balbucear nada, pero el insistió a preguntar, -no sé- fue lo único que pude decir.  -Pero la gozaste. verdad??-, yo apenas pude decir -si-, entonces el se quitó la sotana negra, se abrió el cierre del pantalón negro y sacó su verga, que estaba flácida, aún asi era grande.  -Ahora que la puedes ver, tócala- me ordenó,  yo estiré mi mano cuidadosamente y la palpé, la tomé como la noche anterior y comencé a masturbarlo suavemente, su verga fue creciendo entre mi mano, el padre cerraba los ojos, me dijo -más rápido!-  yo aceleré el ritmo y en pocos minutos apenas podía tomar su verga en mi mano, nunca en mi vida tan promiscua había tenido y visto una así.  -Métela en tu boca!- me ordenó ahora, me salí de la silla y me hinqué, metí su glande en boca y lo mamé, luego metí otro poco y lo mamé varias veces, el padre cerraba los ojos degustando la felación que yo le daba.  Luego el tomó mi cabeza de nuevo y comenzó a mover su verga adentro y fuera de mi boca, como si fuera una vagina.  Yo solo mantenía mi boca abierta, cerraba y lamía su carne cuando entraba en mi boca.  Luego la sacó y me ...