Le fui infiel a mi celoso esposo con el cura del pueblo - Relatos Eróticos

Le fui infiel a mi celoso esposo con el cura del pueblo

... dijo que me pusiera de pie, me cargó de nuevo y me llevó a su cama.  Me quitó la ropa con lujo de fuerza, la tiró lejos. me dejó en cueros de nuevo y se quedó apreciando mi cuerpo, yo me tapé mi sexo por vergüenza.  Pero el se quitó la ropa y se subió a la cama, se subió invertidamente, es decir me puso su verga en la boca y se metió en entre mis piernas, en el clásico 69, el padre comenzó a comerse mi rajita, al tiempo que metía dos dedos en mi vagina, me masturbaba mientras me chupaba el clítoris, eso me puso a gemir de excitación, mientras yo le decía -no padre, esto no esta bien-, y luego me metía su verga para mamarla.  Le pasaba la lengua por todo su largo y luego mamaba su glande. 

Después de una larga doble mamada.  El se puso entre mis piernas y subiendose sobre mi me la metió de un solo golpe, me penetró con fuerza y emití un quejido, luego se puso a bombear su verga en mi vagina, me daba duro, luego suave, después otra vez con rudeza.  Me fue llevando a una corrida brutal, como las de la noche anterior.  Luego me puso en cuatro y me chupó el culo y las nalgas, insertó un dedo en mi raja mientras lamía mi ojete del culo, luego lo hizo al contrario, su dedo en mi culo y lamía mi raja.  Yo era victima de un place intenso, nunca había gemido tanto sin ser penetrada.  Luego se puso atras y me metió su verga y bombeo de nuevo duro, su ritmo era muy intenso para un hombre de cincuenta años.  Parecía que me quería partir la raja en dos.  No pude evitar correrme de nuevo ...

... entre gemidos, jadeos y gritos.  El padre bombeo ahora buscando su eyaculación y de nuevo sentí sus fluidos dentro de mi vagina.  Su verga palpitaba dentro de mi otra vez.  Hasta que se fue acabando.

Salí de nuevo de la iglesia con el semen del padre Jacinto saliendo de mi braguita y cayendo por mi entrepierna.  Llegué a la casa y me fui a darme una ducha.  Me había vuelto la amante del cura.

El padre me mandaba a llamar todos los jueves, yo sabía que era el día para cogerme.  Ahora me ponía más bonita, más arreglada y teníamos unos encuentros sexuales increiblemente deliciosos, me hacía correr tres o cuatro veces, una con su boca, otras con sus dedos en mi raja o en mi culo y una o dos veces con su verga en mi rajita.  Nadie notaba nada raro por mis visitas a la iglesia, pues era la presidenta.  Tuve un susto, pues tuve un atraso en mi periodo menstrual, pensé que me había preñando el padre Jacinto, pero no a los pocos días me bajó la menstruación.  El nunca usó condón, y siempre acababa dentro de mi vagina.  Fue una suerte, deberás que no quedara encinta. 

Mi esposo llegó con lo previsto, a los tres meses, en ese momento la relación mía y el padre Jacinto estaba en lo mejor.  Por dos semanas no pude estar con él, pero al irse mi esposo por los otros 3 meses, el padre me esperaba con velas en toda la habitación y aromas especiales, ese día me cogió duro por la raja en varias posiciones y luego me la metió por el culo, luego de lubricarmelo bien con una pasta que el ...