1. Cuando buscas lo mejor de lo mejor, una escort de lujo es la solución


    Fecha: 02/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Malagueño, Fuente: CuentoRelatos

    ... abordó.
    
    —¡Hombre, pero si es ‘el moscardón’ —me dijo el muy cretino. Solía burlarse de mí con ese apodo debido a que, en mi época universitaria, yo estaba algo rellenito.
    
    —Si supieras las pocas ganas que tenía de encontrarme contigo, subnormal, obviarías las bufonadas.
    
    Mi respuesta fue muy similar a las que solía emplear cuando él me llamaba aquello.
    
    —Venga, hombre, no te lo tomes así, que bien conoces lo bromista que soy —replicó él como si nada—. Por cierto, ¿dónde está tu mujer? Me muero de ganas por conocerla. Tu amigo Andreu me ha comentado que es un bombón, aunque yo de ese no me creo nada. Mira, allí está la mía —la señaló con el dedo—. No me digas que no es una pasada.
    
    —¡Bah, es una de tantas; una del montón! —afirmé sin expresividad alguna, tragando para mí que estaba alucinante—. Ni punto de comparación con la mía.
    
    —Sí, claro, del montón de las cojonudas —replicó Julián, antes de insistir—. Venga, ¿cuál es la tuya?
    
    —Te vas a quedar con las ganas —le dije tajantemente—, porque anoche nos pegamos una mariscada entre pecho y espalda de muy señor nuestro, y se conoce que le sentó mal comer tanto. Lo siento por ti, pero se ha quedado en el hotel.
    
    —¡No problem! —exclamó el muy odioso—. Imagino que ya estará bien esta noche. No tienes excusa para no traerla a la fiesta de esta noche.
    
    —¿Fiesta? —pregunté atónito—. ¿Qué fiesta…? —Dudé un instante, luego reaccioné, aun no sabiendo a qué coño se refería— ¡Ah, esa fiesta!... Pues no sé yo. Tendré que ...
    ... preguntarle si le apetece mezclarse con determinados elementos.
    
    Ahí quedó todo, con la fantasmada que saqué de la chistera solo para chincharle. Pero el que estaba chinchado era yo porque nadie me había hablado de fiesta alguna. Andreu tenía explicaciones que darme, y con esta idea fui a buscarlo.
    
    —Muy bonito que tenga que enterarme por otros de no sé qué fiesta y no por ti —le dije claramente contrariado.
    
    —Lo siento— respondió él, tragando saliva—. No te lo quise decir porque pensé que no vendrías. El caso es que los organizadores pensaron que una comida sería poco teniendo en cuenta que la mayoría venís de fuera. Añadir una fiesta suponía un aliciente extra.
    
    —Pues ese detalle tan importante me ha metido en un buen lío —me lamenté antes de comentarle lo ocurrido con el cretino.
    
    —Mira que eres, amigo —dijo como anticipo del sermón que venía después—. Veo que no cambias y que, por muchos años que pasen, nunca evitarás caer en sus provocaciones. Es algo superior a ti…
    
    —¿Qué querías que hiciera si, de buenas a primeras, viene tocando las narices y presumiendo de hembra?
    
    Andreu rio con ganas, con los ojos vidriosos. Luego alivió mi ánimo con un comentario más que sustancioso. Resultó que aquella mujer de la que presumía el cretino, no era sino una aprovechada que, después de engatusarle, le llevó al altar con la única intención de vivir del cuento a costa de su dinero, proveniente de su trabajo como abogado, en menor medida, y principalmente de los dividendos ...
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