1. Matilda, guerrero del espacio (capitulo 8)


    Fecha: 11/08/2018, Categorías: Hetero Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero correrían ustedes un riesgo que no puedo permitir. Le aseguro que el mariscal Rahoi, que manda la Flota Imperial, es muy peligroso. Es un ser desalmado, cruel y carente de la más mínima humanidad o ética. Le aseguro que no dudaría lo más minino en destruir al Consorcio y le aseguro que sus naves son tan poderosas como las nuestras.
    
    —Le agradezco su sinceridad capitán, aun así, estamos a su disposición. Y otra cosa, cuando lleguen al sistema Cayely, tenga mucho ojo, son gente muy peligrosa, se comen a sus víctimas, —el canciller la entregó un dispositivo de almacenamiento— Aquí encontrara información muy útil.
    
    —Gracias canciller, se lo agradezco. Con su permiso, regreso a mi nave, mis deberes me reclaman.
    
    El deterioro físico de Camaxtli fue mayor del esperado. Necesito una semana para recuperarse, y algo más para recuperar los quince kilos que perdió en esas cuatro horas. Durante esa semana, Daq, rebajado de todas sus obligaciones por orden de Matilda, no se separó de su lado. Cuando al quinto día abrió los ojos, fue lo primero que vio.
    
    —Estas aquí, —afirmo soñolienta.
    
    —Claro, no podía desaprovechar la oportunidad de meterte mano mientras estaban con el sueño hipnótico, —bromeo Daq con una sonrisa—. Así no corría el riesgo de que me mordieras cuando le toco el chocho.
    
    —¡Qué tonto eres! —replico Camaxtli también ...
    ... con una sonrisa—. Nunca te he mordido cuando me tocas el chocho.
    
    —Claro mi amor, porque te tengo atada: recuerda que ya me pelaste una vez.
    
    —¿Me quieres Daq? —le preguntó de improviso.
    
    —Sabes perfectamente que sí, —la respondió acariciándola cariñoso la mejilla—. Lo que no sabría decirte es, que es lo que más me gusta de ti, si tu color rojo, tus tres gigantescas tetas, o tus cuatro brazos. Y yo una bola peluda tardaniana. Te cagas, menuda pareja.
    
    —¡Eres un capullo! —exclamó riendo—. Anda, ayúdame a levantarme que quiero ir a maquinas.
    
    —No, negativo. Ordenes de Matilda. No puedes salir de tu habitación hasta que ella lo autorice, —y sonriendo con cara de bobo, añadió— “Si sale de su habitación, me avisas, que de una hostia la mando a la cama de cabeza”. Textual.
    
    —¡Joder nene! Tengo que ver lo…
    
    —No tienes que ver nada, cariño. Lo está haciendo ella personalmente con la ayuda del alférez Mugla y A2D2. Ushlas está a cargo de las operaciones rutinarias. Todavía tardaremos tres días en salir de los territorios del Consorcio.
    
    —Pero, ¿qué vamos a hacer aquí metidos sin hacer nada? —protestó Camaxtli.
    
    —Pues se me ocurren muchas cosas, mi amor.
    
    —¿Seguro?
    
    —Totalmente.
    
    —Bueno vale. Ven aquí bolita mía.
    
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