UNA ALUMNA APLICADA - Relatos Eróticos

UNA ALUMNA APLICADA

... «¡Me alegro mucho que te guste!» «¿Viste los dibujitos del Kama Sutra?» «¿Querés algo así?» «Bueno, dale. Como vos quieras.» La hice acostar boca arriba y le levanté las piernas. «Agarrátelas. Tenelas bien junto a tu cuerpo. Así te la meto un poquito en la concha y otro poco en el culo…» «¡Qué lindo!» ¡La nena había accedido los dibujos del “manual de cogidas” de oriente! Algo maravilloso de Vanesa era que nunca tuve necesidad de hacerme la paja. Ella se adelantaba a todas mis necesidades. Siempre tenía las manos y la boca dispuesta a acariciar o chupar, saliera de donde saliera la pija. Ahora, mientras la metía y sacaba de su concha y culo, cada vez que estaba afuera ella estiraba sus brazos para acariciar. En una de esas, cuando la iba a sacársela de la concha para ponérsela en el culo, Vanesa grito: «¡No me la saqués! ¡Me viene! ¡Déjamela adentro que acabo mejoooor!» Al tiempo de la sacudida, incorporándose en lo posible, estiró sus brazos hasta mi cuello y me tiró hacia su cuerpo. ¡Me besó desesperadamente mientras acababa! «¡Aaah! ¡Aaah! ¡Dios! ¡Qué lindo es coger con vos! ¡Dios! ¡Mi amor! ¡Te adoro! ¡Aaahhh!» Y se “desinfló”. «¿Viste, mi amor? Acabé como diez veces desde que estamos juntos. ¡Me gustás tanto!» «A mí también, tesoro. ¡Sos maravillosa! ¡Nunca hice el amor con tanto placer como con vos!» «¿Te gusta más que con las otras chicas?» «¡Ni comparación! ¡Nadie se compara a vos! ¡Nadie!» Yo era lo más enfático posible. No solamente quería que estuviera satisfecha… ...

... ¡también quería que lo volviera a pedir! Además era cierto. Todas las chicas tenían bastante práctica, pero… además de no ser tan hermosas como Vanesa, tampoco eran tan decididas y activas. Vanesa era única. De los tres años últimos años, desde que tuve la oportunidad de coger con las chicas… por “actividad curricular” -fueron unas veinte en total-, nadie, nadie…, como Vanesa… Cuando tomé la decisión de renunciar, para terminar de una buena vez la facultad, para recibirme al fin, lo que más me dolió fue perder a alguien como Vanesa…, aunque hacia un año que no era mi alumna…, nos encontramos cinco veces más…, hasta que ella se enganchó en serio con un muchacho que parece que la “conformó” bastante. Más allá del amor o afecto que Vanesa tenga por alguien, sin duda la actividad en la cama para ella era fundamental. Como en otras oportunidades…, a mí me puso contento. Nunca quise enganchar a nadie a  mi carro…
“Luego de su orgasmo y el interludio que provocó su pregunta sobre como “sentía” a las otras chicas, se la metí nuevamente en el culo. Yo aguantaba, apretando el tronco en la base, todo lo posible, hasta doler. «Cambiemos tesoro.» «Dale.» Me acosté boca arriba y le indiqué que me monte dándome la espalda. Guió la pija a la concha. Con los espejos la veía de frente y de costado. Estando de espaldas gozaba con la vista de su culo y de cómo se visualizaba el bombeo. Ella cabalgaba magníficamente. Luego de algunos minutos cambié la pija al culo. La hice acostarse de espaldas ...