1. La fruta prohibida siempre es la más deliciosa: Deseos de una madre


    Fecha: 16/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... contestó. Dio un pequeño suspiro y continuó — eres un hombre brillante, más que tu padre, más que cualquier otro hombre que haya conocido. No quiero que te apartes de mí. que te aparten de mi -. -Eso jamás pasará, mamá, te prometo que nunca sucederá. Aún yo viva en otro lugar, otro estado, país, planeta yo siempre estaré contigo de una u otra forma, jamás te dejaré - su mirada seguía perdida en una creciente tristeza. Coloqué mis dedos sobre su barbilla y la volví hacia mis ojos - escúchame, mamá — le dije - tú eres mi familia, eres quien me amamantó y crío, mi inspiración, y no hay nada mejor que tú para mí, sería un mal agradecido, un mal hijo, si me apartara de tu lado, eres mi madre, y lo nuestro es fuerte. -¿Lo nuestro? — preguntó sorprendida. Mi mente se quedó en blanco. "Mierda, que acabo de decir" me dije en voz alta dentro del pensamiento. -Nuestra relación madre hijo, mamá, solo eso — respondí improvisando cada palabra. -Claro, si. solo eso — se dijo como a ella misma, pero alcance a escucharlo. -No mamá, en serio, ¿qué sucede? Cuéntame. -¡Ya te dije, hijo! Es que no quiero estar sola, tu estos últimos días me has demostrado ser un hijo maravilloso: tu compañía me da consuelo, me siento segura contigo. no lo sé. Solo no quiero que te vayas, pero quiero que crezcas, que tengas una familia. Envidio a la mujer que te tenga. Pero tienes que salir. — interrumpí de inmediato. -Espera espera, ¿envidiaras a la mujer que me tenga? — ahora fue ella quien se quedó perpleja ...
    ... ahora. "¡Si! Maldita sea, este es el momento" proclame en mi mente. Mi semblante se tornó más serio, seductivo, tenía que conseguirlo ya. El momento había llegado. Sin embargo, ella no dijo nada, ni una palabra. Estaba ahí, arrepentida por haber arremetido con aquella declaración, noté que su respiración se tornaba cada vez más rápida, jadeante. Ella se estaba excitando. -Mamá, ¿por qué dijiste eso? — apartó su mirada de la mía. Su rostro reflejaba su propia humillación — Ma, por favor, no pasa nada, quizás hayas dicho lo primero que se te vino a la cabeza — intente que nuestras miradas se cruzaran interceptando la suya con la mía, pero desviaba la mirada o movía su cabeza. Coloqué mi mano sobre su pierna pero por encima de la cobija y empecé a acariciarla — Mamá, oye — por fin logré encerrarla en un punto donde ella podía verme a los ojos — Te amo, ¿sí? Dejemos toda esta charla extraña. No te dejaré. Yo te amo por encima de todo. Nada va a cambiar eso. - -Ay mi amor, tengo la cabeza hecha un caos — y me abrazó rodeándome con sus brazos de extremo a extremo. Quite mi mano de la cobija y la rodee con mis brazos— Te amo, te amo — le susurraba al oído. Te amo más, mi amor — me respondió. Mi pene comenzaba a despertar de nuevo, sus manos tan suaves, su melena tan hermosa y su aroma avivaron mi pasión. No sé qué haría sin ti, vida mía — me dijo. Pasé mis manos por su espalda, sentí su brazier y un deseo enorme de arrancarlo y mamar de sus senos me invadió, pero tenía que calmar mi ...
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