1. Juego de llaves


    Fecha: 17/08/2018, Categorías: Incesto Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... una, así que tomó la segunda. Perdido Jon, que era la pieza mayor, le era indiferente José o Juan. Aunque si le tocaba el marido de María, pensó, podría corroborar las exageradas virtudes de las que su esposa tanto presumía. Era la de Juan.
    
    Así que la última llave que salió del bol fue la misma que había aparecido en primer lugar.
    
    MARÍA
    
    Cuando estuvo todo el pescado vendido, tomó a Jon de la mano para llevárselo escaleras arriba después de haber clamado, a disfrutar chichas. La reconfortó la mirada de deseo con la que aquel hombre diez años menor que ella la premió. No era Marian, pues era más baja, había tendido dos hijos y su piel ya no tenía la tersura de años atrás, pero seguía mostrando un cuerpo proporcionado, de caderas trabajadas en gimnasio y aquel par de tetas que su José le había regalado hacía tres navidades.
    
    Pero si había algo en lo que sin duda superaría a Marian era en sus habilidades amatorias. Jon iba a ser recompensado con su versión más puta. Le haría de todo y se dejaría hacer de todo. Primero calentarlo, haciéndose desear, para llevarlo al clímax tantas veces como el tío pudiera aguantar. Ya veríamos si después de habérsela cepillado, aquel joven cuerpo de modelo no venía a por más. Si era así, ella lo recibiría con las piernas bien abiertas y los labios húmedos.
    
    MARISA
    
    José tiraba de ella escaleras arriba. No es que la mujer no quisiera seguirle. Es que él era un hombre fuerte, enérgico. Sabía por su amiga que era el antónimo de su ...
    ... marido, así que la incertidumbre ante lo desconocido la inquietaba a la vez que las expectativas creadas ante el juego la excitaban de un modo nuevo.
    
    A penas entraron en la habitación, José se le echó encima. Besándola con ansia mientras sus manos la sobaban sin ningún reparo. Se detuvieron poco en sus tetas. Lógico, pensó la chica, las mías son las más pequeñas de las cuatro. En pocos segundos notó una mano, ruda, colarse entre sus piernas para acariciarle la vagina. Las abrió ligeramente y se dejó llevar.
    
    MARINA
    
    Igual que María, ella tomó de la mano a su próximo amante y lo llevó escaleras arriba. La diferencia estribaba en que Juan parecía necesitar el empujón también en este caso. Tal vez, se dijo subiendo escalones, esté nervioso ante una nueva aventura, tal vez se sienta cohibido pues son muchos años compartiendo la misma pareja. Tal vez pasen por su mente los recelos que Julio le había advertido aquellos días.
    
    Pero no era su caso. La mujer tenía ganas de vivir la aventura. Antes de la propuesta de María se lo había planteado en alguna ocasión. Ser infiel. Vivir un episodio extramatrimonial. Pero su compañero no se lo merecía, así que la idea había mutado a un intercambio de parejas, de modo que Julio también fuera partícipe del juego. Así que el evento propuesto por su amiga le había venido que ni pintado. Que el agraciado fuera Jon, José o Juan la tenía sin cuidado, porque la agraciada iba a ser ella.
    
    MARIAN
    
    Se habían quedado solos en el comedor. Se ...
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