LA PATRONA EXIGENTE 4 - Relatos Eróticos

LA PATRONA EXIGENTE 4

“«¿Qué te pasa? ¿Creés qué soy un pedófilo?» «¡No, no! ¡Por favor, no, Dani! ¡De ninguna manera! No es una nena… Le digo “nietita”, como ella me dice “abuelita”, desde siempre…, desde que nació. ¡Está en el secundario!» «Ah…, bueno… ¿entonces por qué no la desvirga el novio?» «Dejame que te explique. No es un invento o capricho mío. Voy a ver a los nietos todas las semanas. Ayer fui a la casa de mi hijo. En la vereda estaba mi nuera hablando con una vecina. Normalmente, cuando llego, alguno de ellos pega el grito: ¡”abuelita”! Como ayer entré con mi nuera nadie gritó. Le pregunté por los chicos. El varón estaba en la escuela, en un campeonato…, y Ludmila…, en su pieza…, estudiando, según la mamá. “No digás nada. Voy a darle una sorpresa.” Subí despacito por la escalera para ir al dormitorio de Ludmila. Abrí muy despacio la puerta… Ludmila está acostada sobre la cama… ¡masturbándose! No me vio, pues en una de sus manos tenía una revista…, que le cortaba la visión hacia mí. Lo que yo veía de esa revista era una foto a toda página, de una pareja cogiendo en acrobática pose. Me quedé en silencio. Ludmila a toda mano… Un par de dedos dentro de su conchita, dale que te dale, lo más entusiasmada. “Hola nena.” “¡Abuelita! ¡Oh Dios…!” Se cubrió el rostro con las manos, abandonando la revista, y se dio vuelta sobre la cama, quedando de espaldas hacia mí. “Nena, tesoro…, no te hagás problema. Nadie se va a enterar.” “¡Ay abuelita! ¡Qué vergüenza!” “Mi amor… ¡jajaja! Yo hacía lo mismo ...

... cuando tenía tu edad y me gustaba un chico…” Por supuesto, no le iba a decir que ahora también lo hago pensando en vos. “¿Cuántos chicos te gustan? ¿Eh?” “Y…, varios…” “¿Y vos les gustás?” “Si, creo que sí, me lo han dicho.” “Y… ¿por qué no vas con alguno? Jugás con alguno como querés…, y te das el gusto…, y al nene lo ponés contento. ¿No saliste con alguno para hacerse caricias mutuas?” “No, no, tengo miedo…” “¿Por qué?” “Algunas compañeras me dijeron que… bueno…, cuando…, la primera vez… ¿viste?, duele mucho…” “Pero… mi amor… ¿No te dijeron que luego el placer es tan grande que te olvidás del dolor?” “Y… síííí…, pero tengo miedo…” “Mi vida…, vas a ver que es lindo…” “Pero ahora no… quiero. Tengo miedo…” “Lo que viste en la revista… ¿no te gustó?” “Si, mucho. Quisiera hacerlo…, pero… tengo miedo…” “La nena que te prestó la revista… ¿no lo hizo?” “No, ella no. La revista se la prestó el hermano…, que quiso hacerlo con ella…, pero también tiene miedo…” «Bueno…, pasa eso Dani. Y pensé en vos. Nadie mejor que vos para sacarle el miedo, desvirgarla sin dolor…, y hacerla feliz…» «Pero Paulina, ella lo tiene que querer, no vos ni yo… Me tiene que conocer…, yo también…, y… si nos gustamos…, bueno…, sería una cosa entre nosotros.» «Si, por supuesto…, tenés razón…» «Pero…, Pauli…, yo te adoro…, y sé qué harías cualquier cosa para que todo me fuera bien…» «¿Y…?» «Y…, bueno…, sé que le dirías a tu “nietita” que yo soy un genio, extraordinario, un mago…, y un montón de inventos así…, para ...