LA PATRONA EXIGENTE 4 - Relatos Eróticos

LA PATRONA EXIGENTE 4

... menor duda que sería un placer desvirgarla… ¡Hay qué ver qué opina ella! «¿Sabés Ludmi? Daniel estudia ingeniería…, te puede dar una mano en algún problema que tengas en la escuela.» «¡Sería bárbaro! Todavía no tuve problemas…, pero pueden aparecer en cualquier momento.» «No lo dudés. Cualquier problema me consultás. Yo estaré acá en todo momento que me necesités.» Paulina me miró y sonrió. Tal vez interpretó un doble sentido. «Voy a preparar te.» «¡Te ayudo abuelita!» «No nena. Hacele compañía a Daniel.» y se fue para la cocina. Yo quería sacarme la duda. «¿Qué tal la escuela? ¿En qué año estás?» «En primero. Hace cuatro meses que empecé el secundario.» «Ah…, recién los primeros pasos. De cualquier manera, tendré muchísimo placer de ayudarte en cualquier problema que tengas.» Lo hice lo más explícito posible. ¿Entendería la nena el doble sentido? Me parece tan adolescente… «Si Daniel. Para mí también será un placer… “molestarte”… ¡jajaja!» «Sin la menor duda, me gustaría que me “molestaras” muy seguido…» «Todas las veces que “abuelita” me deje venir. Puedo venir sola, pero ella insiste en traerme y llevarme. ¡Tendrá miedo de que me rapten… ¡jajaja!» «Ludmila…, sos demasiado hermosa para andar sola por la calle…» «¡Uy! ¡Gracias! ¡Sos muy amable!» «Solamente tengo buen gusto, modestamente.» «¡Sí! ¡Seguro! Si Daniel te dice que sos hermosa…, él sabe de lo que habla. ¡Jajaja!» Paulina entraba con te y masitas. Seguramente escuchó mis “piropos”. «Chicos…, a comer…» Pauli nos ...

... sirvió y encaró la conversación hacia la escuela, los nuevos amigos y amigas de Ludmila. De alguna manera alentó a que la nena diera su opinión sobre compañeras y compañeros. «Hasta ahora me parecen todos buenos chicos…, aunque algunos son un poco… bobalicones…» «Sin duda.» Quería meter mi opinión “interesada”. «Las chicas siempre son más adultas que los chicos… ¡Ya son señoritas cuándo ellos siguen siendo “nenes”!» «Si, eso. ¡Demasiados nenes! A veces me molestan comentarios bastantes estúpidos.» «En la escuela debe haber chicos en los años superiores…» «Claro, pero a las chicas recién ingresadas nos miran por sobre el hombro.» «Pronto se van a arrepentir…, cuando quieran sacarte una cita…» «¿Una cita?» «Cuando se den cuenta de que ya no sos una nena…» «¡Jajaja! ¡No les llevaré el apunte!» «¿Qué? ¿No te gustan los chicos?» Quería apurar el trámite. Ludmila coloreó sus mejillas y miró de soslayo a la “abuelita”. «Y… si…, más o menos… Tengo desconfianza. Algunas chicas me hablaron… de… bueno… algunos malos ratos…» «Si, hay que tener cuidado y tratar de conocer de verdad a los que quieren ser amigos…» Paulina daba su opinión. «Es mejor tener alguna buena referencia, antes de “intimar”.» «Si, me parece mejor…» Ludmila entendía las “sugerencias” de la abuela… «La verdad, no tengo demasiadas buenas referencias.» «Ya van a aparecer, seguro.» Paulina alentaba las “buenas referencias”. En realidad, me hubiera gustado estar a solas con Ludmila, como para decir “ciertas cosas”, que ...