LA PATRONA EXIGENTE 4
Fecha: 11/08/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... rápidamente lo retribuyó. Por supuesto, la espera fue “activa”, pues me estuve pajeando hasta que sentí la puerta. Me apreté lo suficiente contra el cuerpito de Ludmi para que ella sintiera el bulto. No hubo problema. Cuando Pauli siguió de largo para la cocina, la nena se refregó contra mí. «¡Abuelita! Vamos a la pieza de Dani, que quiere mostrarme algunos apuntes.» La nena no quería perder tiempo. Fue directo al grano. ¡Estaba súper caliente! «¡Vayan tranquilos! Tómense todo el tiempo necesario.» «¡Gracias Paulina!» Yo quería manifestarle “todo mi agradecimiento” a la “patrona”. Nos tomamos de la mano, cruzamos la cocina, sonreímos a Pauli, quien me guiñó un ojo cuando vio la carpa que sobresalía de mi pantalón, adecuadamente pequeño y elastisado, salimos al patio e ingresamos a mi habitación. Cerré con todos los seguros del mundo, me di vuelta y miré a Ludmila a los ojos. Nos abrazamos y besamos cariñosamente, aunque la nena todavía no sabía usar la lengua… Le entreabrí los labios, carnosos, tibios y húmedos, y mi lengua se encontró con sus dientes. Seguí empujando con ella y logré separarlos. Cuando llegué a su lengüita entreabrió la boca y pude acariciarla a gusto. Yo la tenía fuertemente tomada de los glúteos, bien apretada contra mí. Ella se refregaba para sentirme. «Acostate tesoro, así, boca abajo…» Respondió inmediatamente a mi pedido. Se acomodó a todo lo largo de la cama. Desaté los cordones de las zapatillas y se las saqué. Y besé uno por uno cada uno de los ...
... deditos de la preciosura. «¡Ay! ¡Ay! ¡Me hacés cosquillas!» Le acaricié las plantas, el empeine, los tobillos y los besé. Subí con mis besos y lamidas por las pantorrillas, un poquito en cada pierna. Ludmi suspiraba. Mordisqueé atrás de las rodillas. Sentía como la nena se relajaba poco a poco. Gozaba con mis besos y caricias. «¡Ay Dani! ¡Dani…, ay! ¡Me gustaaa…!» Llegué a sus muslos. Centímetro a centímetro los fui besando, acariciando, lamiendo. Con las manos acariciaba los glúteos, sobre la bombachita. Sentí el temblor de la nena… Cuando llegué con mi boca a la cola, la besé sobre la bombacha. Todo muy lentamente. Cuando cubrí de besos su colita, tomé la prenda desde la cintura y la bajé hacia las piernas. Ludmila levantó las caderas para que la extracción fuera más fácil. La bombachita ya estaba húmeda. Cerró las piernas. No hay problema. Ya las abrirá. Besé cada centímetro de los glúteos. La nena comenzó a abrir las piernas…, para que pudiera llegar con mis besos entre las mismas… Sentía el aroma de su sexo… Veía la humedad que desprendía. Besé todo lo que puede. Abrí los glúteos con mis manos y besé el hermoso asterisco. Un agujerito precioso. ¡Todo su cuerpo era miel! Llegué con la lengua más abajo, todo lo que pude. Llegué a la rajita. La lamí. Ludmi tembló. «¡Ay! ¡Ay! ¡Dani! ¡Ay! ¡Me hago pis!» «¡No! ¡No te hacés nada!» «¡Sí! ¡Me hago pis!» «¡No, mi amor! ¡No es pis! ¡Hacé todo lo que quieras!» Se estremeció y los fluidos humedecieron las sábanas. Metí la cabeza entre ...