Encuentros con Sofía (Cap. 4)
Fecha: 24/08/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: andrewotero, Fuente: CuentoRelatos
... su boca. Me llevó al cielo como jamás imaginé, sentí que estallaría otra vez, y me trataba de aguantar lo más que podía para no hacerlo
-No termines todavía amor, me dijo
Y se quitó sus zapatos, y empezó a bajarse las medias de una forma tan sensual, como si fuera una bailarina de cabaret. Me encendía mucho más esos movimientos, y ella lo sabía. Su interior también salió volando por los aires luego de unos sensuales movimientos, para caer en mi rostro y poder sentir lo mojada que estaba esa prenda, llena de sus jugos vaginales, producto de sus repetidos orgasmos, un olor embriagante entró por mi nariz, un olor que solo en ella he podido encontrar.
Se acercó a mí, y se sentó sobre mi nuevamente, pero esta vez estábamos pelo contra pelo, yo quería penetrarla, pero Sofía no me dejaba, y eso me alocaba más. Nos acariciamos y besamos todo el cuerpo, y cuando no pudimos controlarnos más, se levantó un poco sobre mi, sin bajarse del sillón y apuntando con sus manos a mi miembro se lo fue introduciendo de a poco, ella llevaba el ritmo, yo sentía su caliente cueva que iba atrapando mi miembro, centímetro a centímetro, se lo iba engullendo, y yo agarrado de los cojines del sillón no soportaba tal grado de ...
... excitación.
Poco a poco se fue introduciendo todo mi miembro, mientras gemíamos los dos de placer. Y cuando ya se acostumbró al tamaño del mismo, empezó a realizar una serie de subidas y bajadas, a un ritmo lento y delicioso.
Así estuvo por un momento hasta que yo le gritaba que no aguantaba más.
En eso empezó una serie de movimientos cada vez más rápidos, y le grité que explotaría, en eso se detuvo y mientras nos dábamos una serie de besos mojados, apasionados y hasta un poco salvajes terminamos los dos, yo sentía como de mi miembro salía toda el semen contenido en mis testículos, los cuales se desinflaban como un par de globos sin nudo, mientras a la vez sentía un fuerte chorro que salía de su interior y me bañaba todo el miembro.
Así, entre gritos, gemidos y espasmos conjuntos terminamos, y llegamos al cielo los dos juntos, tomados de la mano, por primera vez.
Luego exhaustos y sudorosos, nos quedamos abrazados y luego de calmarnos un poco, decidimos subir a la que desde hoy sería nuestra habitación y cama matrimonial, la cuál sería testigo de innumerables encuentros y batallas sexuales, donde en cada una de ellas fuimos conociéndonos más, y encontrábamos la forma de irnos complaciendo de maneras innumerables.