1. La dulce Julia, buena esposa y madre (III - final)


    Fecha: 25/08/2018, Categorías: Gays Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    ... —dije
    
    —Qué cerdo eres —dijo otra vez, sonriendo
    
    Sin girarse, puso sus manos sobre los extremos del tanga, y despacio, empezó a tirar hacia abajo, inclinándose ligeramente hacia delante. El tanga fue saliendo poco a poco de entre sus glúteos, bajando hasta las rodillas. Se lo quitó finalmente y se dio la vuelta. Tenía el coño con un poco de pelo, no mucho, quizá de una semana sin depilarse. Estaba muy sexy. Bromeando, dije mirándola a su coño.
    
    —Qué cerda eres
    
    —Por qué? Es solo de una semana —dijo medio ofendida, medio indignada
    
    —Es broma —contesté
    
    —A ver si esto te parece gracioso —dijo
    
    Se movió rápidamente hacia mi, y poniéndose de rodillas con cada pierna a un lado de mi cadera, cogió mi polla con la mano, y se la metió dentro poco a poco. Abrió la boca y cerró los ojos de placer según lo hacía. Volvió a abrir los ojos para mirarme fijamente. Empezó a subir lentamente, y bajar, sin dejar de mirarme a los ojos, en silencio. Tenía una mano apoyada por detrás en mi pierna, la otra por delante en mi abdomen. Subía y bajaba poco a poco, mirándome intensamente. Yo veía cómo mi polla salía y entraba en su coño. Aceleró ligeramente el ritmo, volvió a cerrar los ojos y empezó a suspirar con cada estocada.
    
    Echó hacia atrás el brazo que estaba sobre mi abdomen, y lo apoyó en mi muslo. Arqueó su espalda y echó su cabeza ligeramente hacia atrás. Yo tenía mi mano en su cadera. Julia subía y bajaba, los suspiros se convirtieron en gemidos, mi polla entraba y ...
    ... salía ya con facilidad, su coño estaba lubricando con abundancia. Seguía de rodillas, con sus manos apoyadas detrás en mis muslos, acelerando el ritmo, su cabeza echada hacia atrás, mi polla enterrándose profundamente en su coño. Pasó apoyarse con ambas manos en mi pecho, inclinándose hacia adelante. Levanté la mano, hasta su boca, y metí el dedo índice en ella.
    
    Julia empezó a chupar sensualmente el dedo mientras seguía cabalgándome con los ojos cerrados, gimiendo. Estuvimos unos minutos en esta posición, en los que Julia se metía la polla hasta el fondo, y se volvía a levantar, mezclando miradas con sus bonitos ojos negros hacia mí apoyándose en mi pecho con las manos, momento durante el cual se movía a mayor ritmo, con momentos en los que se dejaba ir, arqueaba la espalda, volvía a echar la cabeza hacia atrás, cerraba los ojos y apoyaba sus manos por detrás en mis piernas, follándome a un ritmo más lento.
    
    Finalmente, cansada, dejó esta posición y se tumbó boca abajo a mi derecha, mirándome, yo siguiendo de espaldas en la cama.
    
    —Ahora te toca a ti —dijo con una sonrisa algo cansada
    
    Me incorporé y con cuidado de no lastimarme mi mano derecha, me tumbé sobre su cuerpo, apoyando mi antebrazo derecho en la cama. Tenía su increíble culo delante de mi. No era un culo duro de gimnasio, era simplemente un culo perfecto, natural, genético. No me pude resistir. Con la otra mano, cogí mi polla, y empecé a jugar con ella sobre su culo, haciendo círculos. Ella sonreía. En un ...
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